Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Con ojos cristalinos, pero sin llegar al llanto, a sus 73 años Adela Rangel recuerda que su madre biológica la abandonó en un cerro del rancho El Tejocote, y se crio con una ancianita que la encontró cuando subió a recoger leña.
"Crecí comiendo pura tierra, nopales asados y frijoles con hartos gorgojos, nos los echábamos en taco; ahora veo esta riqueza, que hubiera tenido esta ropita, estas chanclitas, andaba a pata raíz, ni los calzones conocí", relata, mientras sujeta con fuerza la despensa que recibió en el inmueble marcado con el número 230-2, sobre la calle Ignacio Zaragoza, en el Centro Histórico de esta ciudad capital.
En ese domicilio se encuentra la sede de Cáritas Diocesana, instancia perteneciente a la Arquidiócesis de Morelia en la que, se han entregado más de tres mil apoyos alimentarios en distintos puntos del estado, lo que va de la contingencia sanitaria por el Covid-19, a través de dos vertientes: Cáritas Diocesana y Cáritas Mexicana.
Adela se casó, tuvo cinco hijos y ahora vive en Santa Cecilia. Llegó a Cáritas de raite en un camión que la bajó en la parada de San Francisco. De ahí comenzó a preguntar hasta llegar a la dirección que llevaba marcada en un recorte de papel, sólo como referencia para terceras personas, pues ella no sabe escribir ni leer.
Ya en el lugar esperó paciente a que la nombraran. Relató que el apoyo recibido sería el sustento inmediato para ella, su esposo de 76 años, enfermo después de dos paros cardiacos, y de su nieto de veinte años, quien hace dos meses y medio fue arrollado por un vehículo mientras laboraba como repartidor en una moto.
A su "niño", indica, lo abandonó de diez meses de nacido "una ingrata mujer que venía de Tierra caliente" y se juntó un tiempo con su hijo menor. Años después se enteraron de que fue asesinada, "la dejaron en pedacitos, se iba con los narcos o qué se yo; cuando dejó al niño anduvo por allá, que Dios la perdone".
"Compro tres kilos de maíz, lo llevo al molino, junto unos palitos y me pongo a hacer tortillas, de ahí sale para los frijolitos, ya sin gorgojo", señala, en alusión a la infancia que vivió en pobreza extrema.
Antes de retirarse se mostró agradecida por un apoyo que inicialmente creyó recibir del gobierno. "Agradezco a Jesús de Nazaret, a mi mamacita poderosa, porque me miran, me escuchan, me tienen caminando, ¡qué riquezas ¡".
Casos como el de Adela se replican cada día en Cáritas Diocesana que ha entregado a las parroquias de la Arquidiócesis de Morelia alrededor de dos mil 800 despensas, mismas que sumadas a los apoyos alimentarios procedentes de Cáritas Mexicana superan las tres mil.
En entrevista, el coordinador de la Pastoral Social y de Cáritas Diocesana, Miguel Ángel Gaona Pineda, informó que actualmente reciben peticiones de despensas las 24 horas del día, las cuales se canalizan a través del número telefónico de Cáritas Nacional 800 2274827.
"Desde hace dos semanas diariamente estamos recibiendo entre 100 y 200 solicitudes, pero cuando más se intensificó fue en ésta", externó, con énfasis en que se entregan prioritariamente a adultos mayores, enfermos, desempleados y gente de escasos recursos.
Por: Sayra Casillas/E