Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En los últimos seis años, la cifra de migrantes michoacanos a Estados Unidos disminuyó a 18 mil; mientras que hace 20 años rondaba alrededor de 30 mil y hasta 50 mil personas que decidían cada año irse al vecino país del norte.
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La modificación de las cifras se debió al control de la frontera por integrantes del crimen organizado y al recrudecimiento de las políticas antimigratorias de Estados Unidos.
Asimismo, el perfil del migrante cambió en ese periodo a causa de que ya no es tan fácil cruzar la frontera, o bien, el precio de los llamados "coyotes" se triplicó por la inseguridad.
Además, ya no son los campesinos, obreros o los indígenas los que cruzan la frontera para mejorar la economía de sus familias, sino los jóvenes universitarios, quienes mediante programas de empleo temporal, visa de turista o por asilo político, buscan ingresar al vecino país para estudiar un posgrado o desarrollar su profesión en alguna empresa de renombre.
Lo anterior fue expuesto por Casimiro Leco Tomás, profesor-investigador titular C de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (ININEE) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en donde también es director del Centro de Estudios Migratorios (CEM), quien destacó que a pesar de la disminución en el número de migrantes michoacanos hacia Estados Unidos, el fenómeno no desaparecerá, porque es ya una necesidad del ser humano para contar con una mejor calidad de vida.
El especialista habló del nuevo rumbo que ha tomado la migración en Michoacán a raíz de la dinámica tan cambiante en los procesos sociales, políticos y culturales de Estados Unidos y recordó las grandes caravanas, integradas principalmente por adultos mayores o jóvenes sin estudios, que salían de sus rancherías, comunidades o ciudades para ir por el llamado "sueño americano" hace veinte años, cuando era una constante a causa de la falta de oportunidades de empleo, por la violencia y las desigualdades sociales.
A decir de Leco Tomás, en los últimos años los michoacanos han salido de sus comunidades ya no por el desempleo, sino a causa de la inseguridad provocada por los grupos del crimen organizado, que provocan grandes desplazamientos de personas hacia Estados Unidos; incluso, dijo que en la actualidad hay pueblos "desolados" donde hay mayor control de los cárteles de la droga.
Añadió que la cultura de ir al vecino país sigue presente, "pero en la actualidad existe una migración no tan masiva, sino más controlada por el recrudecimiento de las políticas antimigratorias impulsadas por el presidente Donald Trump, que impide a los ciudadanos cruzar la frontera por la vía ilegal, o de lo contrario, son deportados. Además, hay mayor control de la frontera por los grupos del crimen organizado, quienes se dedican a traficar personas, extorsionar o asaltar a los migrantes, hasta llegar incluso a su desaparición".
"La migración se ha modificado a tal grado, que los jóvenes con carreras universitarias tramitan las visas de turistas o acuden a los programas de empleo temporal para llegar a Estados Unidos y quedarse hasta por diez años, pues la intención de los jóvenes es estudiar un posgrado, continuar sus estudios en alguna institución educativa importante, o trabajar en empresas que les permitan contar con mejores herramientas. "Es decir, ya no es esa migración donde se tenía que pagar a un coyote o algún conocido para que te cruzara la frontera, y de ahí caminar kilómetros huyendo de la policía migratoria y de otros peligros, hasta llegar a Estados Unidos", remarcó el investigador.
Ante los peligros para cruzar la frontera de manera ilegal, los ciudadanos han optado por solicitar asilo político pese a que dicho estatus sólo es otorgado a la persona que es perseguida en su país de origen, o bien, porque ya no quiere regresar a su comunidad de origen por un temor bien fundado, como las amenazas de grupos criminales; sin embargo, la mayoría utiliza esta medida "dolosamente" para ingresar.
El secretario del Migrante, José Luis Gutiérrez Pérez, dijo que últimamente las personas han "mal utilizado" el asilo político para vivir en el vecino país, pero lo único que ocasionan –dijo– es eliminar la posibilidad de contar con una visa. Aseguró que el 95% de las solicitudes son negadas por las autoridades estadounidenses debido a que se realizan estudios muy detallados sobre el migrante.
De acuerdo con Gutiérrez Pérez, la mejora de oportunidades en la entidad, tanto educativas como laborales, el aumento de la inseguridad para cruzar la frontera, las redadas y deportaciones masivas, provocaron en los últimos cinco o seis años que disminuyera el flujo de migrantes hacia Estados Unidos, por ello, el número ronda los 18 mil migrantes al año, cuando hace 15 o 20 años la cifra era de 20 mil y hasta 50 mil los que emigraban.
"Antes había mucha migración indocumentada, porque los coyotes cobraban cinco mil dólares, pero ahora esa dinámica ha cambiado, porque la frontera está más insegura y es difícil cruzar a los paisanos con tanta facilidad. Debido a que el crimen organizado tiene el control de la frontera, la gente prefiere no arriesgar su vida", explicó.
Sin embargo, aún el "sueño americano" está muy presente en las familias de escasos recursos, que viven en comunidades donde tradicionalmente se heredó la migración, pretenden tener una mejor vivienda, un automóvil y un empleo bien remunerado; mientras que para otros, sobre todo los indocumentados, el sueño se convierte en una "pesadilla norteamericana" a causa de las políticas xenófobas y racistas.
En cuanto a las deportaciones, el funcionario dijo que en lo que va de 2019 fueron deportados 15 mil migrantes michoacanos, pero la cifra al término de este año puede llegar a los 17 mil; en tanto, en 2018 fueron 16 mil 290, y en 2017, un total de 15 mil connacionales deportados.
Gutiérrez Pérez también dijo que hay alrededor de diez mil migrantes michoacanos que regresan de manera voluntaria, pues aunque cuentan con documentos para vivir en Estados Unidos, no les gusta la política migratoria y mejor deciden buscar empleo en alguna entidad del país, no necesariamente Michoacán.
Desde su perspectiva, para que disminuya aún más la migración se requiere que los gobiernos inviertan en el desarrollo regional para que los michoacanos no tengan que irse de su lugar de origen. "La gente no se va por el calor de California o el frío de Colorado, sino por mejores oportunidades laborales y de estabilidad social. La gente no quiere más inseguridad", recalcó el funcionario estatal.
Se calcula que un 6.8% de los migrantes radicados en Estados Unidos son de Morelia; seguido de Hidalgo, con el 4.3%; Apatzingán, 4.2%; Huetamo y Zamora, con el 3.3% cada uno. No obstante, también hay un número importante de michoacanos de La Piedad, Uruapan, Tzitzio, Tuzantla y Los Reyes.
Según cifras de la Secretaría del Migrante, los michoacanos residentes en la Unión Americana trabajan entre 35 y 44 horas por semana, y entre sus ocupaciones principales están ser obreros, transportistas y trabajadores especializados en la construcción, con un 26.5%; trabajadores de servicios, 23%, y construcción y ocupaciones de reparación, 19%.
El 45.4% de los migrantes michoacanos que cruzan la frontera deciden vivir en California, el 12% en Illinois, el 11.6% en Texas, el 3.5% en Georgia y el 2.3% en Oregón.
De acuerdo con el reporte del Banco de México, hasta el tercer trimestre de este año Michoacán reportó dos mil 644.8 millones de dólares por concepto de remesas; mientras que en el mismo periodo de 2018 la cifra fue de dos mil 462.5 millones de dólares, es decir, se registró un incremento del 7%, lo cual ubica a la entidad en primer lugar, con el 9.8% del total nacional.
El segundo lugar en la recepción de remesas es Jalisco, que reporta dos mil 609.8 millones de dólares, que representan el 9.7%, y el tercer lugar sigue siendo Guanajuato, con dos mil 443.3 millones de dólares, que representan el 9.1% del total nacional.
El reporte señala que en 2018 Michoacán registró un total de tres mil 405.7 millones de dólares, lo cual sigue colocando a la entidad en primer lugar a nivel nacional.
De acuerdo con las mismas cifras, 2017 ha sido el año con la mayor captación de remesas de migrantes de Michoacán, pues se recibieron dos mil 914 millones de dólares.
En tanto, en 2016 el Banco de México reportó para Michoacán un total de dos mil 747 millones 818 mil 192 dólares. Ese año Morelia encabezó la lista de municipios con la mayor captación de divisas, con 331 millones 105 mil 885 dólares; después Uruapan, con 166 millones 730 mil 604 dólares, y La Piedad, con 143 millones 096 mil 730 dólares.
Los estados de Baja California, Baja California Sur, Quintana Roo, Yucatán, Tlaxcala, Colima y Campeche son los que menos divisas reciben.
"Hoy vemos que los migrantes cuentan con un nivel medio superior o superior que buscan otros espacios para laborar, ya no el campo o como carpinteros, sino en fábricas y ciudades; además de aprender el idioma como una segunda lengua". Casimiro Leco Tomás, investigador de la UMSNH.
"Nos preocupa que continúen estas políticas xenofóbicas y racistas contras nuestros migrantes, quienes continúan con miedo a ser deportados". José Luis Gutiérrez Pérez, secretario del Migrante.
Por: Guadalupe Martínez/CA