Por: Cristian Ruiz/@crisruizr1
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com). – Una tradición por excelencia durante octubre y los primeros días de noviembre es consumir una o más piezas de pan de muerto, alimento especialmente diseñado para vestir los altares de la Noche de Muertos.
En entrevista para MiMorelia.com, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), Oliverio Cruz Gutiérrez compartió que esta pieza de pan es bastante solicitada por los consumidores ya sea para ser colocado con los altares o comerlo durante las mañanas o noches acompañados de una taza de chocolate caliente o café.
"Es una dulce tradición mexicana el pan de muerto, su diseño representa una tumba con algunos huesos y es preparado a base de harina, huevo y esencia de naranja que hace imposible que alguien se pueda resistir a comer uno", explicó.
Las ventas de este pan llegan a repuntar hasta un 80 a 90 por ciento en panaderías, ya sean desde piezas que pesan un kilo y llegan a ofertarse entre los 70 y 80 pesos, hasta piezas pequeñas de cinco pesos.
"El pan de muerto tiene una gran variedad de tamaños, hay piezas sencillas y pequeñas que se ofrecen desde cinco pesos, pero también hay quienes piden piezas que pesan un kilo, está diseñado para compartir con más personas", aseveró.
Además de las presentaciones espolvoreadas con azúcar o con ajonjolí, hay panaderos que realizan su propia receta, rellenándolos de queso crema, cajeta, chocolate, crema de avellanas y mermelada, que llaman la atención de algunas personas.
"Es curioso que el pan de muerto tiene algunas variaciones, algunos los venden rellenos de cajeta, chocolate, queso y mermelada con bastante éxito. También hay quienes no les gusta el sabor, pero para todos hay gusto".
Por tradición, las panaderías afiliadas a la Canainpa ofrecen el pan de muerto a finales de septiembre y cesan su producción pasando la Noche de Muertos, aunque "hay algunas panaderías que siguen produciendo hasta mediados de mes", concluyó.
ljcr