Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Jesús de Nazaret Gil Pérez tiene 15 años, cursa la secundaria y tiene un sueño claro, convertirse en marino de las Fuerzas Especiales. Desde pequeño, ha admirado la disciplina, el honor y el compromiso de quienes visten el uniforme militar. Y aunque la vida le ha puesto retos, él los enfrenta con una determinación inquebrantable.
Jesús nació con pie equinovaro y tiene movilidad reducida en uno de sus brazos, pero eso jamás ha sido un obstáculo en su camino. Su madre, Celeste Pérez Chávez, lo describe como un joven fuerte y valiente, con un carácter que inspira. “Nunca me ha dicho “no puedo”. Siempre dice que él puede, y eso le permite hacer muchas cosas que otros pensarían imposibles”, expresa con orgullo.
Este martes, Jesús vivió un día que quedará grabado en su memoria. Fue “Soldado por un día”, un programa impulsado por la XXI Zona Militar que brinda a niñas, niños y adolescentes la oportunidad de conocer de cerca la disciplina y el entrenamiento castrense. Con el uniforme hecho a la talla, botas impecables y la mirada llena de determinación, participó como soldado honorario, sintiendo por primera vez lo que significa formar parte de una institución que protege y sirve a México.
Para él, no se trató solo de portar el uniforme, sino de lo que representa. “Es un honor y un privilegio andar pixeleado”, dijo con emoción, refiriéndose al icónico camuflaje militar.
Su madre observa con admiración el camino que su hijo ha elegido. “Él tiene una hermana en el Colegio Militar, así que la vocación corre por sus venas”, comenta. Aunque en los próximos meses enfrentará una cirugía en su pie, eso no ha hecho que dude ni por un segundo de su sueño. Al contrario, cada día se esfuerza más, convencido de que algún día podrá servir a su país.
El evento, señaló su familia, no solo fue un reconocimiento al esfuerzo de Jesús, sino también una muestra del compromiso del Ejército Mexicano por fomentar el respeto y la admiración hacia sus integrantes. Para él, esta experiencia fue más que un día especial; fue la confirmación de que su destino está en las Fuerzas Armadas.
Cada paso que da es una prueba de su valentía. Y aunque el camino aún es largo, Jesús está convencido de que, con disciplina y esfuerzo, algún día se convertirá en el marino que siempre ha soñado ser. Porque para él, rendirse nunca ha sido una opción, “estoy emocionado porque sé que lo voy a lograr”, concluyó.
mrh