Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del dirigente limonero de Apatzingán, Bernardo Bravo, y advirtió que en México "ya no basta con aprender al asesino: hay que combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos".
En un mensaje difundido este 2 de noviembre, los obispos católicos del país señalaron que los homicidios de quienes han levantado la voz y defendido a sus comunidades reflejan la ausencia del Estado de Derecho en varias regiones del país.
“El asesinato de Carlos Manzo, que abiertamente desafió el estado violento que se vivía en su municipio, se suma a una serie de asesinatos de personas que se han atrevido a levantar la voz”, señala el documento.
En el pronunciamiento, firmado por Ramón Castro (obispo de Cuernavaca y presidente de la CEM), Héctor Pérez (obispo auxiliar de México) y Javier Navarro (obispo de Zamora), se exige a las autoridades actuar con inteligencia y determinación para detener la violencia criminal:
“El verdadero crimen no es solamente la trágica e indignante muerte de un comerciante o un alcalde... sino la vida amenazada de miles de ciudadanos que día con día ven ultrajadas sus libertades”, se lee.
La Iglesia católica también hizo un llamado directo a quienes provocan la violencia a detenerse y reflexionar:
“Cada hermano es un don de Dios. Nadie nació para hacer el mal, y nadie encontrará su camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo”.
Como parte de su compromiso, la CEM ofreció el espacio del Diálogo Nacional por la Paz, impulsado desde hace meses por grupos religiosos y civiles, como un espacio de encuentro para sanar la nación.
“Estamos convencidos de que todos los mexicanos somos responsables de construir la paz: familias, maestros, comerciantes, empresarios y autoridades”, enfatizaron.
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