Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) destapó una verdad incómoda para los consumidores mexicanos: uno de los productos más populares del supermercado, el jamón Kir Clásico, no es realmente jamón, sino un embutido que además engaña en su información nutrimental.
Esta revelación se hizo pública en la edición de julio de la Revista del Consumidor 2025, donde el laboratorio de Profeco analizó diversas marcas del mercado y encontró que Kir Clásico, pese a tener la apariencia de jamón, "intenta engañar a las personas consumidoras" haciéndose pasar por lo que no es.
Según explicaron los expertos de la institución encabezada por Iván Escalante, el producto en cuestión tiene una composición que lo clasifica como embutido, no como jamón. Los embutidos, detallan, tienen un menor valor nutricional, pueden contener carne de diferentes animales (pollo, pavo, cerdo) y niveles variables de soya y fécula, lo que disminuye su calidad.
Además, Profeco denunció que el producto declara una cantidad de sodio menor a la que realmente contiene. Mientras en su etiqueta indica tener 1,087 mg de sodio por cada 100 gramos, los análisis revelaron que en realidad contiene 1,204 mg por cada 100 g, lo que representa un riesgo para personas hipertensas o con dietas restringidas en sodio.
Esta práctica, advierte la Profeco, podría violar el artículo 32 de la Ley Federal de Protección al Consumidor, al incurrir en publicidad engañosa y omisiones relevantes sobre el contenido real del producto.
La Profeco aclara que el jamón es un producto elaborado a partir de piezas musculares completas, principalmente del cerdo, con mayor aporte nutricional, mientras que los embutidos pueden ser mezclas de carne, fécula, soya y otros ingredientes que disminuyen su calidad nutricional.
Ante estos hallazgos, la Profeco recomienda a los consumidores leer cuidadosamente las etiquetas y optar por productos que indiquen claramente ser jamón y que especifiquen sus ingredientes de manera transparente.
RPO