AHOLIBAMA ANDRADE
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En lengua de señas o sobre ruedas, mediadores de la Policía Morelia promueven respeto en el corazón de la ciudad

Aholibama Andrade

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- "Para que todo fluya cíclicamente bien, se necesita que todos pongamos de nuestra parte", externó Montserrat Estrada López, mediadora de convivencia del programa de inclusión de la Policía Morelia, quien resaltó que, a pesar de que cada vez se respetan con mayor frecuencia los espacios exclusivos para personas con discapacidad, reconoció que todavía queda "un gran trabajo por hacer".

La Policía Morelia cuenta con el programa Mediadores de Convivencia, el cual tiene el objetivo de brindar una formación previa a los individuos que desean ser parte de la corporación de seguridad. Por ende, antes de ingresar a la academia, sus labores se centran en tareas de mediación y diálogo con la ciudadanía.

Este modelo tiene su origen en la Policía de Colombia, y en Morelia se replicó con el gobierno de Alfonso Martínez Alcázar, incorporando también un componente de inclusión para personas con discapacidad motriz o auditiva.

Actualmente, el programa cuenta con 78 mediadores, de los cuales 10 integran el eje de inclusión: cinco personas con discapacidad auditiva y cinco en silla de ruedas. Diariamente, estos elementos brindan información a la ciudadanía y colaboran en tareas de vialidad, especialmente en el cuidado de espacios exclusivos para personas con discapacidad.

En entrevista para MIMORELIA.COM, Aarón García Sánchez, mediador de convivencia del programa de inclusión, indicó que tiene un año con cinco meses laborando en la corporación, y detalló que, como mediador, su principal labor es tener proximidad con la población al brindar información o datos respecto a zonas bancarias, atractivos turísticos de la zona o centros de atención médica.

“Nosotros estamos comisionados al área turística, y nuestra principal función es brindar información a la ciudadanía, eso es proximidad, aparte de cuidar los espacios exclusivos para personas con discapacidad, como lo son rampas y cajones”, detalló.

En este tenor, García Sánchez agregó que quienes integran este programa tienen una jornada de ocho horas, y los puntos donde comúnmente se encuentran son la Plaza de Armas, Plaza Melchor Ocampo y los portales del Centro Histórico, zonas de alta concurrencia donde tienen contacto con personas de todas las edades.

Ciudadanos opinan sobre su labor

Trabajadores del primer cuadro del Centro Histórico también compartieron su opinión sobre los mediadores.

Jesús García, empleado de una tienda de playeras, comentó que, en el tiempo que tiene trabajando en el Centro, ve de manera diaria a los mediadores de convivencia.

● “Me llamó la atención el tema de la inclusión en la Policía Morelia, sí he visto que hay apoyo en lenguaje de señas y hay también quienes están en silla de ruedas. Veo que se les acercan muchos turistas, y ellos los auxilian a decirles sobre alguna calle o una ubicación de algún lugar”, recalcó.

Raúl Cisneros, boleador de zapatos de la Plaza Melchor Ocampo, compartió una situación de la cual le tocó ser testigo:
● “En una ocasión llegó un señor que perdió su cartera, y entonces le dijeron que los policías que traían silla de ruedas la encontraron. El señor llegó a preguntar y, de regreso, me dijo que le regresaron su cartera intacta. Yo digo que esa es una buena acción, pienso yo que ellos están también para esas observaciones”, destacó.

Una ciudadana que recientemente empezó a vender pulseras afuera de la Catedral de Morelia afirmó que ha visto a los elementos que utilizan lenguaje de señas.
● “Los he visto hablándose en señas, una pues no les entiende, pero debe haber casos en que sólo ellos pueden ayudar, porque imagínate que llega alguien que necesita decir algo en señas y no hay nadie que le entienda”, destacó.

Un vendedor de revistas de los portales comentó que, además de dar información, los mediadores canalizan otro tipo de situaciones.
● “La semana pasada, aquí a un lado, una señora vio que estaba un muchacho drogándose y le avisó a los mediadores que andaban por aquí, y ya ellos le avisaron a quien le tenían que avisar, porque ellos no pueden infraccionar”, detalló.

Retos en el camino

El mediador Aarón reconoció que, al inicio, no fue sencillo lograr que la ciudadanía identificara sus funciones, y en cuanto a las tareas que realizan en el área de vialidad, indicó que tampoco ha sido una tarea fácil, ya que en ocasiones los mismos conductores no comprenden en su totalidad o no le dan la importancia a no obstaculizar o utilizar los espacios exclusivos para personas con discapacidad. “Al principio fue complicado, porque la gente no entiende, nos tocó lidiar con eso. Esto ha sido complicado, además porque nosotros estamos en silla de ruedas”, precisó.

Asimismo, su compañero Salvador Calderón, quien forma parte del mismo programa, indicó que entre los retos a los que se enfrentan —además del tema de infraestructura que les permita desplazarse de manera óptima dentro del primer cuadro del centro— hay ocasiones en que, al pedirle a los conductores que no utilicen los cajones o rampas para personas con discapacidad, se han llegado a poner agresivos.

Salvador añadió que, cuando este tipo de situaciones se presentan, por cuestiones de protocolo solicitan el apoyo a los oficiales cercanos a la zona, ya que al encontrarse en formación previa a la academia no están autorizados para levantar una infracción, pero sí realizan un reporte al área de seguridad correspondiente.

El mediador recalcó que, desde su perspectiva, este tipo de hechos pueden evitarse si la población “también pone de su parte”, al conocer de manera amplia los reglamentos de vialidad del municipio, específicamente para que tengan el conocimiento respecto a las zonas donde pueden estacionarse y al ubicar qué significan los colores de las aceras, lo cual también les podría ayudar a evitar infracciones.

Montserrat Estrada, quien lleva cerca de un año cinco meses en el programa de inclusión, resaltó que, desde el momento en que ingresaron a esta área de la corporación, ha notado una disminución en la incidencia de obstaculización en rampas y cajones; no obstante, recalcó que esta problemática persiste.

"Aunque ha bajado, no quiere decir que ya no ocurra. Yo creo que, al inicio, en un día por equipo registrábamos hasta 20 casos, ahora son aproximadamente 5 [...], hay de todo, algunos, a pesar de ver las rampas, estacionan sus vehículos. La mayoría de las ocasiones es eso, que las personas no toman conciencia de que son espacios que no deben ser ocupados", recalcó.

Sin embargo, indicó que, a pesar de los retos con algunos ciudadanos, también se llevan buenas experiencias: “Me genera mucha satisfacción el hecho de poder ayudar a las personas, y muchas de las veces ellos te lo agradecen. Saben que estás aquí, que los puedes apoyar y que, si se acercan, les vas a corresponder bien”.

Para finalizar, la mediadora hizo un llamado a la población, particularmente para aquellos que todavía siguen utilizando y obstaculizando los lugares exclusivos para personas con discapacidad:

"Cuando nosotros nos acercamos y les pedimos que necesitan movilizarse, no lo tomen a mal, simplemente es para que todo fluya de mejor manera, y así no lleguen a obtener una infracción. Es más, nosotros, al pedirles que se movilicen, estamos haciendo un trabajo previo para que no haya una infracción de por medio que les pueda causar un mal rato".

rmr

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