Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Health coaches, influencers y un gran número de figuras poco o muy conocidas en las diferentes redes sociales como Tiktok o Instagram, difunden contenido sobre dietas que las personas supuestamente deberían realizar para lograr un mejor físico y tener una mejor salud.
Sin embargo, esto en realidad podría ser todo lo contrario, alerta la especialista en nutrición clínica y comportamiento alimentario, Mariana Gómez, quien destaca que las dietas son individuales para cada persona y depende de los objetivos y necesidades de cada individuo.
“Las famosas dietas de moda nacen de lo popular, son durante cierto periodo de tiempo y se van pasando de persona en persona mediante recomendaciones, por influencers o por personas que no son profesionales de la salud, quienes prometen las dietas milagro para una pérdida de peso hasta en 21 días y adaptación o adquisición de hábitos alimentarios en el mismo periodo, cuando la evidencia científica nos dice que un hábito principalmente se forma desde la niñez y, posterior a eso, para que se fomente un hábito se necesita un mínimo de tres a seis meses”, explica al respecto.
Enfermedades del corazón y la diabetes, ambas relacionadas con obesidad, sobrepeso y malos hábitos alimentarios; son las principales causas de muerte en el país.
Mariana Gómez lamenta que estas dietas virales, como la cetogénica, la détox o el ayuno intermitente, estén llegando a menores de edad e infantes; incluso, a ella ya la han invitado a colegios para brindar charlas que expliquen a los estudiantes los riesgos de practicarlas.
“Los niños empiezan a escuchar que los papás o las mamás ya están a dieta, que no comen cierto tipo de alimentos, que le empiezan a poner pero a algunos alimentos, y los niños aprenden de sus papás, a tal grado que se empiezan a fomentar estas conductas y comienzan a tener un impacto en la edad escolar; y si a esto le sumamos que los niños en edad escolar tienen mayor comunicación y diferentes juegos, empiezan entre ellos mismos a compartir hábitos, lo que se dice en casa, así que empiezan a tener conductas alimentarias de riesgo”, explica la especialista.
Mariana pone énfasis en que, en la actualidad, la cultura del “estar bien” se adentra cada vez más en las familias, pero llegan a un grado donde ocurre todo lo contrario, pues en muchas de ellas existe una obsesión por mantener una figura corporal delgada y para ello restringen alimentos como los hidratos de carbono.
Además, se comienza a desarrollar un miedo exagerado por padecer sobrepeso u obesidad.
Los empiezan a asustar con frases como ‘si tienes obesidad te va a dar diabetes y te vas a morir’ y empiezan a fomentar miedo en ellos, a restringir alimentos y abusar del ejercicioMariana Gómez, especialista nutrimental
Y continúa: “He conocido niños, he tenido pacientes de 10 años que le tienen un miedo exagerado a subir de peso, y en casa hay basculas y se pesan a cada rato… es importante que los familiares y las escuelas identifiquen este tipo de conductas alimentarias de riesgo que, más que nada, se caracterizan por una restricción alimentaria”.
+/- 75% de las personas adultas en México padecen de obesidad o sobrepeso 37.5% de menores de 5 a 11 años de edad tienen sobrepeso u obesidad, según las últimas estadísticas
Todo este fenómeno de catalogar alimentos en buenos y malos, de tener un excesivo cuidado en todo lo que comemos y en creer mucho de lo que vemos en redes sociales, ha provocado que “los niños estén adquiriendo un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por la alteración persistente de la alimentación, y da como resultado una alteración en el consumo de los alimentos y entorpece toda su salud física, emocional o social”, advierte.
Simplemente son alimentos, tengan o no las calorías o los nutrientes que nos aporte beneficios, son alimentos. No hay alimentos buenos o malos, es aprender a convivir con ellos y a consumirlos con moderación e identificar si es un antojo o una necesidad calórica o nutrimental.
Mariana Gómez lamenta que en México exista la inseguridad alimentaria, pues hay lugares donde no llega el agua, pero sí los refrescos o no se pude acceder tan fácil a algunos productos de origen animal o vegetal, pero sí encuentras en la tiendita pastelitos o panes procesados.
No hay alimentos buenos o malos, es aprender a convivir con ellos y a consumirlos con moderación, identificar si es un antojo, ¡se me antoja un pastelito!, pero tal vez ese antojo era una deficiencia nutrimental que nos dice que debimos haber consumido una manzanaMariana Gómez
oag