Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Si fuiste estudiante en los años 90 o principios de los 2000, seguramente recuerdas ese momento en que tu única esperanza para entregar la tarea —la noche antes de la fecha límite— era abrir el navegador, conectar el módem, y escribir con fe: "El Rincón del Vago".
Mucho antes de que existieran los asistentes de inteligencia artificial como ChatGPT, los resúmenes automáticos, o los generadores de bibliografías, El Rincón del Vago era el oasis académico del estudiante promedio. Un sitio web sencillo, con fondo blanco y letras azules, que albergaba miles de trabajos escolares, monografías y ensayos ya hechos, listos para copiar, pegar y... modificar “para que no se note igual”.
Este portal se convirtió en una herramienta indispensable en la era de los ciber cafés, cuando llevar un disquete o quemar un CD con la tarea era parte del ritual estudiantil. Para muchos, fue la “IA” antes de que supiéramos qué era eso: bastaba con buscar "La Revolución Francesa", "La célula" o "Cien años de soledad" y ya tenías media tarea resuelta.
Aunque los profesores pronto comenzaron a detectar los trabajos “rinconeros”, eso no detuvo su popularidad. El nombre del sitio incluso se convirtió en un código entre compañeros: “¿ya checaste en el vago?” era sinónimo de “ya tengo salvación”.
Hoy, con las nuevas tecnologías, El Rincón del Vago sigue existiendo, aunque con menor protagonismo. Sin embargo, para una generación entera, ese sitio representa algo más que tareas recicladas: es el recuerdo de una adolescencia digital sin filtros, sin algoritmos y sin culpa.
agm