Por: Blanca Padilla/@blanespaga
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Mientras una madre se balancea en el sube y baja con su hijo, otras esperan su turno de subir al trencito, en el área de juegos del Bosque Cuauhtémoc, en donde la diversión es para todas las edades.
Sin importar el día de la semana, dice un padre a su esposa, "prefiero venir al bosque para que los niños jueguen como en los viejos tiempos, a que se queden horas jugando con los aparatos esos, que ni puedo decir". Los esposos platican mientras su hijo corre presuroso otra vez a los columpios.
Algunos padres también llevan a sus hijos para que anden en patines, sin perderlos de vista, esperan pacientes a que no caigan otra vez, y por fin sea este día cuando ya no tengan que regresar a casa con más raspones, que protecciones.
Entre gritos de "no puedo, papá, agárrame, y mamá, ya puedo solo", aprenden a usar las bicicletas, la patineta y hasta los patines, que aunque a veces dejan raspones y moretones, son soportables por unas horas de entretenimiento.
Desde los juegos los niños gritan un constante "adiós" y agitan la mano despidiéndose de papá y mamá como si las tazas giratorias no regresaran, pero es de las mejores distracciones para los pequeños también, que disfrutan de la adrenalina de los juegos mecánicos.
A lo lejos también un papá le pide prestada la bicicleta a su hijo, y con una carcajada éste sólo le dice: "ni sabía que le sabes a mi bici pa". Y así recuerda que para jugar no importa si se es grande o chico.
Con un gran "Chuu, chuuuuuuuu", los primeros en correr para subir al trenecito son los niños, pero no, ni los grandes se salvan de gritar "Aahhhh" cuando pasa por el pequeño túnel oscuro.
Las opciones de entretenimiento son infinitas sin gastar un centavo todos, jóvenes y grandes pueden subir a la resbaladilla, a los columpios, a las bicicletas estáticas, al sube y baja, y correr por horas sin preocupaciones.
Pero si de gastar se trata, las opciones también son variadas. Por cinco pesos, padres e hijos pueden subir a la oruga, al carrusel, al trencito y otros juegos mecánicos.
Al salir, no puede faltar comprar un gaspacho, un helado de limón y hasta un algodón de azúcar para todos aquellos que se portaron bien y que esperan volver pronto, para jugar sin parar.
No son pocos los que van buscando un espacio recreativo para jugar sin importar la edad, o el día de la semana, en compañía de la familia, todos buscan divertirse.