Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Lo que hoy provoca risas, concursos y fotografías virales alguna vez fue una prenda usada con absoluta seriedad. Los ugly sweaters, esos suéteres navideños recargados, coloridos y, para muchos, de dudoso gusto, encierran una historia que cruza tradición textil, cultura popular y memoria femenina.
El origen de los ugly sweaters se remonta a mediados del siglo XX, cuando los suéteres tejidos con motivos invernales comenzaron a popularizarse en Europa y Estados Unidos. Eran regalos útiles: prendas cálidas adornadas con renos, árboles de Navidad o figuras geométricas, elaboradas a mano y pensadas para proteger del frío, no para marcar tendencia.
Durante las décadas de 1980 y 1990, estos suéteres vivieron su etapa más extravagante. Colores brillantes, aplicaciones, lentejuelas y diseños saturados se volvieron comunes, impulsados por programas de televisión y reuniones familiares donde la exageración era parte del espíritu festivo.
A partir de los años 2000, la cultura pop los adoptó desde la ironía y la nostalgia: películas, series y celebridades los convirtieron en una broma compartida.
Detrás de estos suéteres hay una historia menos visible: la del trabajo textil femenino. Muchas de las técnicas empleadas se inspiran en los tradicionales fisherman sweaters de las Islas Aran, en Irlanda. Aunque eran usados por pescadores, eran las mujeres —esposas y madres— quienes los tejían para protegerlos del frío del mar.
Desde el Mediterráneo medieval hasta Europa moderna, el tejido, el bordado y el crochet han sido espacios donde las mujeres encontraron formas de expresión, autonomía y resistencia.
En México, se han integrado a la cultura navideña como un símbolo de convivencia relajada, donde lo imperfecto se celebra y la solemnidad queda de lado.
RPO