Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- ¿Te ha pasado que después de guardar salsa de jitomate, tu recipiente de plástico queda manchado y con un olor que no se va aunque lo laves varias veces? Esa coloración anaranjada que parece inofensiva podría decirte algo más importante: tu recipiente está desgastado y podría ya no ser seguro.
Las manchas en los recipiente de plástico no son solo una cuestión estética. Se trata de una señal de deterioro del material con el que están hechos, que con el tiempo puede llegar a liberar pequeñas partículas o sustancias químicas hacia los alimentos que consumes.
Los recipientes de plástico que usamos a diario están hechos con polímeros que reaccionan al calor, las grasas y los ácidos. Actividades tan comunes como guardar comida caliente, calentar en microondas o almacenar platillos muy condimentados, aceleran ese deterioro.
Este fenómeno se conoce como migración química, y según un estudio del Journal of Hazardous Materials (2022), existen al menos 200 compuestos químicos en plásticos alimentarios que podrían transferirse a los alimentos con el uso prolongado, especialmente si el recipiente ya está rayado, manchado o ha envejecido.
No necesariamente implica un peligro inmediato cada vez que usas un recipiente de plástico rayado. Sin embargo, su uso continuo podría favorecer la ingesta de microplásticos o aditivos que, con el tiempo, podrían tener efectos adversos.
La alternativa segura es el vidrio, cada vez más familias están optando por recipientes de vidrio como una opción práctica, duradera y sobre todo segura para almacenar sus alimentos.
Las manchas naranjas en tus recipiente de plástico ya no pasarán desapercibidas. Más allá del aspecto visual, son un llamado de atención sobre el estado de tus utensilios y una invitación a tomar decisiones más conscientes en casa.
RPO