Queridos amigos de MiMorelia.com, los saludo el día de hoy para hablarles de un tema relevante para todo hombre o mujer de negocios, dueños de la pequeña, mediana y grande empresa, para cualquier unidad económica de cualquier giro.
En esta columna hemos platicado de diversos aspectos y herramientas relevantes para emprendedores que les permitan alcanzar sus objetivos, así como ver realizados o consolidados sus planes de negocio. Sin embargo, existe algo indispensable para que esos proyectos sean prósperos y exitosos, algo que no es tan sencillo, pero sí alcanzable, y ese factor importantísimo, tanto en el comercio local e internacional como en la economía en general: la atención al cliente.
Antes de adentrarnos en el rol fundamental del cliente en toda actividad comercial, debemos conocer ¿qué es un cliente? La respuesta es aquella persona que compra en algún establecimiento o adquiere un servicio profesional o de una empresa de forma recurrente.
Con lo sencillo que es el concepto, muchos negocios no logran conseguir o hacerse de un universo específico de clientes fieles, por dos razones: no saben qué vender o no saben cómo hacerlo.
No es nada sencillo conseguir clientes, ya que un cliente valora muchas cosas para decidir si confiará en un negocio específico y es analítico al momento de buscar las diferencias entre un servicio y otro, o diferentes productos, para al final decantarse por el que le "haya llenado el ojo".
Y para llenarle el ojo a alguien es extremadamente importante la famosa "primera impresión", y es que nuestro criterio es muy determinista para referirnos tanto a las personas como a las cosas; por ejemplo, si recordamos a alguien, lo primero que decimos sobre él es "amable", "simpático(a)", "cordial", o si es alguien o algo que no fue bueno decimos "desagradable", "malo", "grosero", etcétera.
Al final el objetivo es que seamos agradables, atractivos para el cliente, dejar la puerta abierta para que regrese y que si lo hace sea con más clientes potenciales. Para que eso suceda, el cliente debe ver su necesidad satisfecha con nuestro negocio, porque también solemos resaltar más lo negativo que lo positivo.
Cuando un cliente ve satisfecha su necesidad lo primero que hace es hablar de lo bien que lo trataron en nuestro negocio, que encontró lo que necesitaba y finalmente comienza a recomendarnos con sus conocidos y amigos.
Sin embargo, en el momento en que lo tratan "como si le hicieran el favor" o no encuentra lo que necesita y le hicieron perder su tiempo, lo primero que hará es hablar mal del propio negocio y se lo dirá también a conocidos y amigos.
Esto es importantísimo y mucho más relevante en un mundo digital como en el que vivimos hoy en día, donde las redes sociales son la plataforma de expresión y opiniones más utilizadas entre la gente y donde las empresas ya participan con cuentas de Facebook, Twitter e Instagram para llegar a más compradores potenciales, por lo que la calidad del "servicio al cliente" debe ser prioridad en toda empresa, ya sea de nueva creación o ya consolidada.
Y es aquí donde las empresas deben alejarse de una "zona de confort", porque el dominar una buena política en el servicio al cliente ya no es suficiente. Las empresas y negocios, hoy en día, que quieren capitalizarse de un perfil de clientes específico no deben enfocarse solamente en "hacer feliz al cliente", ya que abunda la competencia y aquellos que la ganan son los que "innovan" tanto sus productos como la forma de venderlos.
Desde las promociones a clientes primerizos hasta el uso de plataformas digitales para vender a mejores precios, todo influye en la forma de decidir y de comprar del cliente.
Al final, la dualidad de "conseguir más clientes" o "conseguir más ventas" termina siendo más bien un concepto que abarca a ambos, pero que en términos prácticos y de la vida real es más importante "conseguir más clientes", ya que, como dice una frase del fundador de Wal-Mart, Sam Walton, "hay un solo jefe: el cliente".
"Y él puede echar a todos, desde el presidente de la empresa, para abajo, simplemente yendo a gastar su dinero en otro lado". Por eso es por lo que se suele decir que "el cliente siempre tiene la razón…".