
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Después de más de 30 años tras las rejas, los hermanos Lyle y Erik Menéndez han sido resentenciados por el asesinato de sus padres, ocurrido en 1989, y ahora podrían recuperar su libertad si la Junta de Libertad Condicional de California lo determina.
La resolución fue dictada en un tribunal de Los Ángeles, durante el primer día de una audiencia que originalmente estaba programada para dos jornadas. El juez Michael Jesic redujo la sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a 50 años con la opción de solicitarla. Si bien aclaró que no sugiere su liberación inmediata, el fallo marca un cambio radical en el rumbo legal del caso.
“Este fue un crimen absolutamente horrible”, sentenció Jesic, pero también destacó la “notable” cantidad de cartas recibidas de funcionarios penitenciarios que avalan el buen comportamiento de los hermanos.
La audiencia se desarrolló por videoconferencia, con los Menéndez siguiendo el procedimiento desde prisión. El nuevo fiscal del distrito, Nathan Hochman, intentó frenar este proceso durante seis meses, alegando que los hermanos siguen mintiendo sobre sus motivos. Hochman había sido señalado por presunto conflicto de interés, aunque la defensa retiró su solicitud de recusación días antes.
La defensa presentó nuevas evidencias, incluyendo una carta escrita por Erik a un primo fallecido, donde habla de los presuntos abusos que sufría por parte de su padre, José Menéndez. Además, un exmiembro del grupo Menudo ha acusado públicamente al padre de los Menéndez de haberlo agredido sexualmente en los años 80, cuando firmó un contrato millonario con la banda.
Estas revelaciones han vuelto a poner sobre la mesa las acusaciones de años de abuso físico y psicológico, que fueron excluidas en su segundo juicio en 1996. La legislación californiana actual, que permite revisiones para condenados juveniles —ambos tenían 21 y 18 años al momento del crimen—, facilitó este nuevo proceso judicial.
Lejos del perfil violento, los hermanos Menéndez se han transformado en presos modelo. Erik ha creado al menos cinco programas de rehabilitación para reclusos, mientras que Lyle recaudó más de 250 mil dólares para proyectos de embellecimiento carcelario.
RPO