Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- ¿Por qué se considera un héroe a quien inició el movimiento de Independencia y un villano a quien lo concluyó y declaró a México como una nación independiente del imperio español? Son preguntas que ha intentado explicar el historiador Joaquín Edgardo Espinosa Aguirre, estudioso de la figura de Agustín de Iturbide.
A unos días de conmemorarse el bicentenario luctuoso de Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, quien fuera el primer emperador de México, la tendencia maniqueísta de los gobiernos, especialmente posrevolucionarios, no ha ayudado mucho a conocer y entender la historia del país explica el historiador, quien aclara que la figura del consumador de la guerra de Independencia, no siempre fue negativa, ya que durante buena parte del siglo XIX todavía se le tenía como una figura destacada en la historia de México, fundamental para la consumación de la Independencia.
“En las construcciones de los nacionalismos, como fue en cualquier país recién independizado, hablo del siglo XIX en México, tiene que haber buenos y malos, para crear héroes, para crear mitos, entonces una identidad nacional tiene que tener buenos y por tanto malos y en el caso de Iturbide, bueno o malo, creo yo que fue mal estadista, mal gobernante, ya en el momento final de su trayectoria, aunque fue muy buen político porque logró crear un consenso y una unión muy generalizada, pero la gran desgracia de él es que sus errores políticos, sus errores de vida misma, como los tuvieron cualquiera de los otros personajes, se retrataron por los enemigos políticos que dejó después de su muerte, después de ser Emperador; y después de su muerte fueron sus enemigos los que escribieron sobre él, entonces aquí no es tanto que los vencedores hicieron la historia, sino particularmente los enemigos de Iturbide escribieron sobre él y obviamente no iban a escribir la mejor versión de su persona”.
Doctor en Historia y autor de La empresa eternamente memorable. México hacia la independencia trigarante de 1821, Espinosa Aguirre reconoce que la formación militar y pertenencia de Iturbide al ejército realista y el haberse proclamado como emperador de México después de declarar la Independencia de España contribuyeron a la construcción de la imagen negativa que se tiene del vallisoletano, pero eso no debe opacar sus contribuciones a la historia nacional, ya que fue pieza clave para alcanzar los acuerdos que permitieron la consumación de la guerra de Independencia.
Explica que, si bien la declaración de independencia hecha por los insurgentes en 1813 fue la primera, la promulgada por Iturbide en 1821 tuvo un impacto directo para la consumación de la guerra, aunque la Corona Española no la haya reconocido en ese momento.
"(…) la de 1821 si bien no es reconocida por España, ni por el Vaticano, por la Santa Sede, que en esa época es fundamental la religión, pero digamos que en efectos tanto simbólicos como alegóricos podríamos decir para México, 1821 es el surgimiento de la nación pero sobre todo del Estado mexicano, se forma algo que se llama Imperio Mexicano por más que hoy nos suena anacrónico hablar de un imperio, pero ese México que surge a partir de 1821 es la primera vez que existe un Estado nacional ya mexicano y deja de existir la Nueva España", dijo.
Estudiar a Iturbide, menciona el investigador, permite reconocer sus virtudes, entender sus motivaciones y explicar equivocaciones, tal como las del resto de los personajes que participaron en ese momento crucial de la historia del país. Uno de los aspectos que destaca Espinoza Aguirre del personaje es su origen relativamente modesto; si bien de ascendencia española por el lado paterno, no contaba con un linaje de abolengo. Fue su destacada capacidad militar y sus habilidades políticas las que le permitieron destacar como una figura central, primero como realista y después como vínculo con los insurgentes, lo que permitió finalmente la consumación del movimiento independentista.
Aunque justamente en sus habilidades políticas es donde se encuentran algunas opiniones encontradas, dado que inicialmente le ayudaron a destacar y ascender dentro del Ejército Realista y el gobierno virreinal hasta llevarlo a proclamarse Emperador, pero sin contar con el dinero y el apoyo necesario para mantenerse en el poder, en el que solo estuvo ocho meses.
Pero el disolver el Congreso “fue el más grave error político de Iturbide” quien no comprendió que “acabar con la representación nacional, que existía en un Congreso, en una monarquía constitucional, en donde los legisladores era la nación, eso fue lo que lo terminó; Iturbide nunca comprendió las implicaciones de establecer una monarquía moderna constitucional, y a la hora de la hora, Iturbide resultó ser más tradicionalista, más de antiguo régimen de lo que se piensa, entonces hace acto de contradicción con lo que venía defendiendo en 1821, y en 1822 no fue el gran error aceptar la corona, fue disolver el Congreso”.
Agustín de Iturbide es un personaje centran en la historia de México que debe estudiarse sin tapujos porque su participación es crucial en la guerra de Independencia, tanto en el debilitamiento del movimiento insurgente como en la consumación de la misma, destaca el historiador. Es imposible saber con certeza qué habría pasado sin la promulgación del llamado Plan de Iguala, que decretaba la Independencia del Imperio Español, pero las expectativas del movimiento insurgente no eran prometedoras porque se encontraba fragmentado, debilitado y sin contar ya con sus liderazgos más destacados.
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