Morelia, Michoacán (MiMorelia.com). – Agustín de Iturbide es seguramente uno de los personajes más controversiales en la historia de México. Su lugar en este campo, a pesar de ser el verdadero consumador de la independencia nacional, siempre se ha visto opacada por la imagen del traidor que la Historia Oficial ha divulgado desde tiempos lejanos, enfocándose en su etapa encabezando al Ejército Trigarante y sus acciones como primer emperador de México, dejando en el olvido algunos sucesos que rodean su figura en la tierra que lo vio nacer.
Por ello y con motivo del aniversario de la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la ciudad de México, de la consumación de la independencia y el natalicio de Agustín, les presentamos estos 9 datos históricos que posiblemente no conocías sobre Agustín de Iturbide.
Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu nació el 27 de septiembre de 1783 en la antigua ciudad de Valladolid. Sus padres fueron José Joaquín de Iturbide y María Josefa de Arámburu, fue bautizado por el canónigo José de Arregui el 1 de octubre del mismo año siendo su padrino el reverendísimo padre agustino de la provincia de San Nicolás Tolentino fray Lucas Centeno (Navarro, 1906, p. 4).
Aunque actualmente la vivienda pasa completamente desapercibida en la zona de monumentos históricos; la historiadora Esperanza Ramírez Romero (1981) señala que la edificación localizada en la calle Valladolid (frente a Plaza de la Tecnología) estaba ligada al Cabildo Eclesiástico y fue escenario del nacimiento de Iturbide. En 1881 fue colocada una placa de mármol que recordaba este acontecimiento. Hoy en día la placa de la fachada ya no se encuentra ahí, pero el edifico aún conserva su estilo neoclásico y sus características grecas. (p. 14).
Existe una peculiar historia sobre el posible origen del nombre de “Agustín”. De acuerdo con el historiador Jesús Romero Flores (1971), el padre de Iturbide logró cultivar una fuerte amistad con miembros agustinos. Se dice que, durante el nacimiento de Iturbide, las labores de parto se complicaron y la vida de él y la de su madre corrían peligro. Por este motivo, María Josefa decidió encomendarse a la milagrosa imagen de fray Diego de Basalenque, cuyo cuerpo momificado localizado en el templo de San Agustín era venerado como santo por los creyentes; además, le fueron otorgadas algunas reliquias del beato para conservar la vida de ambos (p. 12). Se afirma que los padres de Iturbide decidieron otorgarle el nombre de “Agustín” en forma de agradecimiento.
Cuando Iturbide terminó sus estudios básicos, sus padres tomaron la decisión de inscribirlo en el antiguo Seminario Tridentino de Valladolid donde estudió gramática latina. Sin embargo, terminó por adentrarse a la vida agrícola, destacando por sus habilidades como jinete.
De acuerdo con el historiador Moisés Guzmán Pérez (2021), la carrera militar de Iturbide comenzó en octubre de 1797 con 14 años de edad. Su padre adquirió el título de subteniente de bandera (alférez) del primer batallón del Regimiento Provincial de Valladolid que dirigió Diego Rul (p. 202). Romero Flores (1971) menciona que esto sucedió porque Iturbide no mostraba interés en los campos del estudio eclesiástico, mucho menos en la administración agrícola. Además, se afirma que no recibía sueldo por su trabajo como alférez.
Originaria de la antigua Valladolid, Ana María nació el 18 de enero de 1786, siendo hija de Ana Manuela Sánchez de Tagle y del acaudalado alcalde provisional Isidro Huarte y Arrivillaga (Guzmán; Barbosa, pp. 15-70, citado por Navarro, 2018, p.14), dueño de una suntuosa mansión que hoy alberga las instalaciones del Museo Regional Michoacano. Ana María Huarte contraería nupcias con Iturbide el 27 de febrero de 1805 con 19 y 21 años edad respectivamente. En 1822 Iturbide sería coronado como emperador y la también hija de Valladolid, Ana María, se convertiría en la primera emperatriz de México.
Existen muchas versiones sobre esta afirmación, sin embargo, Abraham López de Lara (1965) señala que el verdadero delator fue el cura Francisco de la Concha quien denunció las juntas celebradas en la casa de Michelena, posteriormente fray Agustín Gutiérrez denunciaría formalmente las conjuras el 15 de diciembre de 1809. Por último, existiría una tercera denuncia, siendo la de Luis Correa. Se cree que Iturbide ignoraba por completo la existencia de la conspiración más allá de los rumores que se extendían por la ciudad.
Esta sería una afirmación que el propio Iturbide realizó, se dice que poco después de haber iniciado el movimiento de Independencia, Miguel Hidalgo le ofreció la faja de teniente general, sin embargo, Iturbide señala que rechazó la propuesta porque consideraba que los planes de Hidalgo no estaban lo suficientemente estructurados.
De acuerdo con información obtenida en el Museo histórico Casa de Morelos, en 1813, las tropas del generalísimo Morelos emprendieron la quinta campaña que tenía como objetivo tomar Valladolid. El 23 de diciembre, las tropas dirigidas por Hermenegildo Galeana y Nicolás Bravo fueron violentamente repelidas en la garita del zapote por las huestes realistas de Ciriaco del Llano e Iturbide. Matamoros continuaría la lucha al día siguiente sin éxito, por la nochebuena, las tropas realistas lograron atravesar las líneas insurgentes que se encontraban en la loma de Santa María desarrollándose otro feroz combate. La siguiente batalla entre Iturbide y Matamoros sería en Puruarán donde finalmente caería prisionero el cura insurgente.
Bibliografía.
Guzmán Pérez, M. (2021). El momento Iturbide. Una historia de la trigarancia. Morelia, Michoacán: UMSNH/IIH.
Guzmán Pérez, M.; Barbosa Malagón, P. P. (2013). “Lecturas femeninas en Valladolid de Michoacán (Siglo XVIII). La librería de Ana Manuela Muñiz Sánchez de Tagle”, en Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm. 58, julio – diciembre, pp. 15-70
López de Lara, A. (1965). “Los denunciantes de la conspiración de Valladolid en 1809”. En Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 2, (6.1), pp. 5-42.
Navarro Méndez, J. M. (2018). “La mujer del emperador: Ana María Huarte de Iturbide. Un perfil biográfico (1786 – 1822)”. En Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 16 (mayo – agosto) pp. 11-34.
Navarro y Rodrigo, C. (1906). Agustín de Iturbide vida y memorias. México.
Ramírez Romero, E. (1981). Catálogo de construcciones artísticas, civiles y religiosas de Morelia. Morelia, Michoacán: UMSNH/FONAPAS Michoacán.
Romero Flores, J. (1971). Iturbide pro y contra. Morelia, Michoacán: Balsal Editores/colección documentos y testimonios n°4.
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