Morelia, Michoacán (MiMorelia.com). – Localizado en un punto estratégico de la península de Cuitzeo, Tres Cerritos es una de las pocas zonas arqueológicas excavadas e investigadas de la cuenca, y su apertura al público fue gracias al arduo trabajo de especialistas que por más de diez años realizaron diversas labores para optimizar la zona, descubrir sus misterios y continuar armando el rompecabezas de la región cultural de occidente.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por el INAH, el asentamiento prehispánico a travesó por lo menos dos etapas de ocupación en un tiempo cronológico entre el 400 d.C. y 1500 d.C.
La primera etapa data del periodo Clásico, que es asociado a los primeros ocupantes locales de la cuenca de Cuitzeo que construyeron el centro ceremonial, y desarrollaron técnicas arquitectónicas y artesanales adoptadas de la tradición teotihuacana en forma de estatus social.
La segunda etapa data del periodo Posclásico y su ocupación se caracteriza por la influencia cultural del señorío tarasco (o purépecha), que utilizaron el centro ceremonial como “panteón”, después de que el sitio fuera abandonado.
Con la llegada de los españoles y la construcción del Antiguo Convento de Santa María Magdalena en el siglo XVI, se cree que el centro ceremonial de Tres Cerritos se convirtió en el principal yacimiento de piedra para las edificaciones.
Su nombre actual proviene de la existencia de tres basamentos piramidales o montículos edificados en la zona, que brindan identidad al lugar y son las principales características del sitio arqueológico. La arquitectura de los montículos es rudimentaria y de bajas proporciones, pero tienen la singularidad de poseer semejanzas arquitectónicas con el “talud-tablero”, estilo de construcción utilizado por los antiguos teotihuacanos.
Sin embargo, los hallazgos más sobresalientes de la zona son aquellos que demuestran el uso de los basamentos como arquitectura funeraria, principalmente las tumbas localizadas en la parte superior de los montículos 2 y 3; así como los entierros infantiles encontrados en la Plaza Central y los restos ubicados en los muros.
Actualmente el sitio es resguardado por el INAH y está abierto al público en un horario de lunes a domingo de 9:00 a 18:00 h. con un costo de entrada de 70 pesos y entrada libre los domingos. Si decides visitar el sitio recuerda cuidar el patrimonio histórico, no tirar basura, llevar bloqueador solar y estar bien hidratado para evitar el golpe de calor.
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