

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- “Zootopia 2”, la esperada secuela del filme animado de Disney que en 2016 conquistó corazones y provocó reflexión sobre la discriminación y la diversidad, contiene una nueva narrativa que parece haber perdido parte de su audacia.
La cinta, dirigida por los veteranos Jared Bush y Byron Howard, se adentra en una trama policiaca protagonizada nuevamente por la valiente coneja Judy Hopps y el sarcástico zorro Nick Wilde. Ahora como novatos en la fuerza policial, el dúo intenta probarse como detectives, lo que los lleva a causar estragos en su ciudad en una caótica persecución.
Aunque visualmente deslumbrante y con momentos de humor característico, la historia se siente menos provocadora. La ausencia de personajes irreverentes como el yak nudista o el pícaro Finnick deja una sensación de “limpieza” narrativa. Incluso Nick, otrora un estafador con encanto, parece haber sido domesticado por completo.
Uno de los hilos más interesantes del filme gira en torno a las serpientes, animales marginados en Zootopia, cuya exclusión social remite a un pasado fundacional oscuro de la ciudad. Judy y Nick descubren una conspiración que busca mantenerlas fuera, evocando películas clásicas como “Chinatown”.
Sin embargo, el subtexto de crítica social está más diluido que en la entrega anterior. La diversidad sigue presente, pero con bordes menos filosos. La ciudad misma parece haber sido “gentrificada”, transformada en una urbe menos salvaje y más políticamente correcta.
La secuela incluye guiños al cine clásico, cameos de personajes queridos y la vuelta de Gazelle (Shakira), además de presentar nuevos habitantes como un castor podcaster y un alcalde equino. Sin embargo, el corazón del filme sigue siendo la dinámica entre Judy y Nick, cuya relación mantiene viva la chispa de la historia.
RPO