Schmitt-Matzen consideró dejar su trabajo como Santa Claus 
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Video: Desgarradora historia de Navidad, pequeño muere en los brazos de Santa Claus

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Por: Miriam Arvizu

Estados Unidos (Rasainforma.com).- La Navidad trae consigo alegría a los pequeños del mundo, la llegada de Santa Claus es sin duda el momento más esperado por millones de niños, pero esta ocasión en las vísperas de su llegada, un Santa Claus de Knoxville, Tennessee, vivió una triste historia, un menor murió en sus brazos.

Se trata de Eric Schmitt-Matzen, un hombre que trabaja como Santa Claus durante medio tiempo, de más de 1.80 metros de altura y 130 kilos de peso, suele representar al emblemático personaje, con una impresionante barba y bigote blancos, por lo que suele recibir varias llamadas para actuar durante la temporada, incluyendo hospitales infantiles.

Una de las tantas llamadas que recibe, fue la de una enfermera, a pesar de no haberse iniciado la temporada navideña, le dijo que tenían a un niño de 5 años muy enfermo y que quería ver a Santa Claus, a lo que Schmitt-Matzen accedió.

Santa Claus, llegó al hospital en motocicleta tan sólo 15 minutos, donde le esperaban los familiares del niño, quienes le dieron un juguete para que se lo entregara al pequeño.

"Analicé la situación y les dije, 'si creen que van a perderlo, por favor abandonen el cuarto. Si los veo llorando, me voy a resquebrajar y no podré hacer mi trabajo'", comentó Schmitt-Matzen.

Tras ello, continuó su relato:

Cuando entré, estaba recostado ahí, tan débil que parecía como si fuera a quedarse dormido. Me senté en su cama y le pregunté '¿dime que es esto que oí sobre que te vas a perder la Navidad? No hay forma de que vayas a perdértela, ¡porque eres mi duende número 1!'

Pequeño: El alzó la mirada y me preguntó "¿lo soy?".

Santa: Yo le dije "¡seguro!".

Le di el regalo. Estaba tan débil que apenas pudo romper el papel de regalo, cuando vio lo que había dentro, me dio una gran sonrisa y volvió a bajar la mirada.

Pequeño: "Dicen que me voy a morir", me dijo. "¿Cómo puedo saber a dónde voy a ir?".

Santa: Le dije, "¿puedes hacerme un favor?".

Pequeño: El contestó: '¡seguro!'.

Santa: "Cuando llegues allá, diles que eres el duende número 1 de Santa, y sé que te dejarán entrar".

Pequeño: El dijo "¿lo harán?".

Santa: "Yo le contesté: seguro".

Santa: Él se medió sentó y me dio un gran abrazo y me hizo una pregunta más, "Santa, ¿puedes ayudarme?".

Santa: Lo rodeé con mis brazos. Antes de que pudiera decir nada, murió justó ahí. Lo dejé estar, solo seguí abrazándolo y aferrándome a él. En ese momento su madre se dio cuenta de lo que había pasado, por lo que entró corriendo a la habitación, y Schmitt-Matzen, tras entregarle el cuerpo de su hijo, salió llorando y sacudiendo la cabeza de ahí.

Fue tanto su dolor, que Schmitt-Matzen consideró dejar su trabajo como Santa Claus, ya que la experiencia lo dejó profundamente afectado, pese a haber sido soldado con uno de los cuerpos de élite del ejército estadounidense,

Finalmente, cambió de opinión al realizar la que pensó sería su última actuación como el personaje. "Cuando vi a esos niños reír, me trajo de vuelta al redil. Me hizo darme cuenta de que tengo un papel que desempeñar. Para ellos y para mí".

La historia de Schmitt-Matzen se ha vuelto viral, una vez que fue dada a conocer por el columnista del Knoxville News Centinel, Sam Venable, sin embargo ha dado la vuelta al mundo rápidamente.

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