Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Del 5 de enero al 4 de febrero de este recién año el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó una secuencia sísmica con 2,080 sismos localizados en las cercanías del extinto volcán Paricutín, ubicado en San Juan Parangaricutiro, al norte de Uruapan.
A través de un reporte especial, el SSN dio a conocer este martes que los sismos de mayor magnitud de esta secuencia fueron de magnitud 4.1; uno de ellos ocurrió a las 02:49 horas del día 23 de enero de 2020.
Hasta el 27 de enero pasado especialistas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) descartaron riesgos mayores en la población por el "enjambre sísmico"; reforzaron el monitoreo con la instalación de estaciones especiales en las comunidades aledañas al volcán Paricutín por un tiempo de cuatro meses.
Al ser cuestionado el director del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (INICIT), Ricardo Vázquez Rosas sobre si estos temblores de poca magnitud podrían generar el nacimiento de un nuevo volcán, el especialista respondió hasta ese 27 de enero no se puede afirmar esa hipótesis.
Históricamente grandes terremotos han ocurrido a lo largo de la costa de nuestro estado como consecuencia de la subducción de la placa de Cocos por debajo de la placa de Norteamérica; de gran importancia son los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985 de magnitud 8.1 y 7.6, respectivamente, ubicados en la interfaz entre las placas de Cocos y Norteamérica. Como se recordará estos ocasionaron daños importantes en una amplia zona del centro de país y principalmente la Ciudad de México.
Durante febrero y marzo de 1997 se produjo un enjambre sísmico en las cercanías del
volcán Tancítaro; un estudio de estos eventos brindó la oportunidad de mapear las
fallas activas en el área.
Los hipocentros de 230 terremotos mostraron una alineación aproximadamente en dirección NE. Este estudio sugirió que las fracturas y grietas preexistentes son responsables de la sismicidad y el comportamiento anisótropo de la corteza y se llegó a la conclusión de que aunque el Triángulo de Michoacán se encuentra en la Faja Volcánica Trans Mexicana, no forma parte de esta provincia donde la orientación de los esfuerzos es N-S.
Los resultados de los análisis de dicho enjambre concluyeron que los sismos fueron originados por un cuerpo magmático que se estaba elevando a cierta profundidad en las cercanías del volcán Tancítaro.
El 20 de febrero de 1943, Dionisio Pulido fue la única persona que vio nacer el volcán; según dicen, el mismo hombre contó que escuchó un fuerte ruido que provenía de las entrañas de la tierra mientras trabajaba su parcela, en las cercanías de la población de Paricutín; fue entonces cuando sintió cómo la tierra temblaba bajo sus pies.
Otros testimonios de los habitantes de los pueblos afectados decían que días antes a la erupción se desató una plaga de chapulines, que hubo temblores y hasta lluvia de cenizas.
Sobre el campo liso, el volcán creció siete metros en las primeras 24 horas, y en la primera semana, ya alcanzaba los 50 metros de altura, hasta llegar a los 600 que tiene actualmente.
La actividad del volcán Paricutín fue de 9 años, 11 días y 10 horas y sepultó dos poblados: Paricutín y San Juan Viejo Parangaricutiro. El primero desapareció quedando totalmente sepultado por la lava, y del segundo sólo se puede ver parte de la iglesia.
Por: Redacción/rmr