Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El uso de insulina es vital para las personas que viven con diabetes tipo 1 y, en algunos casos, tipo 2. Sin embargo, expertos advierten que su uso inadecuado o excesivo puede derivar en hipoglucemias severas, poniendo en riesgo la vida del paciente y dejando secuelas neurológicas permanentes.
De acuerdo con información publicada por UNAM Global, las personas con diabetes tipo 1 deben administrarse insulina de forma constante, ya que su páncreas no produce la cantidad suficiente. Esta hormona permite que la glucosa de los alimentos llegue a los tejidos del cuerpo. Pero su uso debe ser controlado.
Una sobredosis de insulina puede provocar un episodio de hipoglucemia, es decir, niveles anormalmente bajos de glucosa en sangre. Esta condición es especialmente peligrosa si se presenta durante la noche o tras varias horas sin consumir alimentos.
Palidez y sudoración excesiva
Temblores
Dolor de cabeza
Náuseas, hambre y aturdimiento
Latidos del corazón acelerados (taquicardia)
Fatiga, irritabilidad y ansiedad
Dificultad para concentrarse
Hormigueo en labios, lengua o mejilla
Según el estudio “Mecanismos de muerte neuronal asociados a la hipoglucemia”, desarrollado por el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, cuando los niveles de glucosa bajan de 50 mg/dL, la actividad cerebral comienza a detenerse, provocando un colapso energético.
“Los diabéticos tipo 1 pueden excederse al aplicarse su dosis de insulina. Esto provoca una baja grave de glucosa en sangre, que afecta directamente a las neuronas, ya que la glucosa es su principal fuente de energía”explica Massieu
Se detiene la producción de energía (ATP) en las mitocondrias
Las proteínas se pliegan mal, lo que genera acumulación de sustancias tóxicas
Aumenta el estrés oxidativo, dañando membranas celulares
Puede haber muerte neuronal y pérdida de funciones cognitivas, según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS)
Medir la glucosa antes de cada dosis de insulina
Llevar un registro diario o semanal de niveles
Tomar una colación antes de dormir
Ajustar la dosis bajo supervisión médica
Tener siempre snacks o jugos a la mano
Mantener una dieta balanceada y monitoreo constante
La educación del paciente y el seguimiento médico adecuado son claves para evitar consecuencias graves.
RPO