Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha marcado un viraje contundente en la política global, consolidando la doctrina “America First” como eje central de su segundo mandato. Las medidas aplicadas en comercio, relaciones exteriores e inmigración están redefiniendo el papel de la nación norteamericana y sus vínculos con el mundo, particularmente con México.
En abril, la administración Trump impuso un arancel universal del 10% a la mayoría de las importaciones. La medida, destinada a reducir el déficit comercial y castigar prácticas consideradas desleales, ha provocado tensiones con socios como la Unión Europea, Canadá y México. Aunque se han alcanzado acuerdos temporales con países como China —que suspenden los aranceles hasta noviembre de 2025 a cambio de concesiones—, el impacto económico se refleja en un aumento de la inflación y una reorganización de las cadenas de suministro globales.
La visión pragmática y transaccional de la política exterior ha llevado a Estados Unidos a iniciar el proceso para abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) y revisar su participación en decenas de organismos internacionales. En el caso de la OTAN, la administración ha exigido un mayor gasto militar a los aliados europeos, reforzando acuerdos bilaterales y debilitando alianzas históricas.
La política migratoria ha endurecido las restricciones de visado y reactivado el programa “Permanecer en México”, generando un incremento en deportaciones masivas. Estas medidas han tensado las relaciones con México y Centroamérica, generando un debate sobre su impacto en la seguridad y en la cooperación regional.
RPO