Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Lo que parecía un tranquilo desayuno en casa terminó convirtiéndose en una escena digna de película: un pequeño y decidido perro de raza Pomerania logró ahuyentar a un oso negro que había entrado a la vivienda con la puerta abierta.
El incidente ocurrió cuando el plantígrado, atraído por el olor a comida, se coló en la casa en busca de algo para comer. Según relató la dueña del animal, el oso es un visitante frecuente de la zona e incluso de su propiedad. “Creo que esta vez el perrito se enojó porque le comió su desayuno”, bromeó la mujer.
Sin medir la diferencia de tamaño —el oso puede pesar más de 100 kilos, mientras el Pomerania apenas alcanza los 3—, el can se lanzó a ladrarle sin descanso, obligando al intruso a retroceder y salir corriendo de la vivienda. La escena fue breve, pero suficiente para demostrar que el valor no siempre se mide en tamaño.
En Vancouver y otras zonas de Columbia Británica, los encuentros entre osos y humanos son relativamente comunes debido a la cercanía con zonas boscosas.
RPO