Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Las enfermedades zoonóticas (aquellas que se transmiten de animales a humanos) cada día son más frecuentes y, en muchos casos, están ligadas a la deforestación y al desequilibrio que esto representa para los ecosistemas.
La revista “National Geographic” señala, a través de un reportaje realizado por Katarina Zimmer, cómo la deforestación está causando más enfermedades infecciosas en los seres humanos, esto debido a los cambios que se experimentan cuando el ecosistema es modificado, haciendo que los animales cambien sus conductas, o activando zonas que pueden ser propicias para la expansión de mosquitos transmisores de malaria como el Anopheles darlingi.
Zimmer cita en su publicación a Andy MacDonald y Erin Mordecai de la Universidad de Stanford, quienes se han referido acerca del impacto significativo de la deforestación en la cuenca del Amazonas. En su artículo se afirma que: “Existen una serie de enfermedades transmitidas por una amplia gama de animales, desde insectos chupadores de sangre hasta caracoles, y todo está relacionado con la deforestación”.
El consumo rural de carne de animales silvestres fue estimado por Nasi et al. (2011) en aproximadamente 900 mil toneladas por año en la Amazonía. De este tema hay dos vertientes importantes; la primera es la caza excesiva de animales salvajes, en especial por personas en zonas urbanas, y la vinculación por zoonosis, produciendo a su vez desequilibrios y consecuencias a la salud pública; y, la segunda, la seguridad alimentaria de personas nativas que han mantenido un ecosistema y que hoy se pueden ver afectadas por la falta de recursos.
El planeta vive varias crisis que son evidentes, entre ellas, la deforestación y la no conservación de especies, ya que se le pide hoy más de lo que puede la Tierra recuperar. El crecimiento demográfico y la demanda de recursos hacen que se piense en acciones en pro de mitigar su desequilibrio, para ello, muchos científicos que, estudian el impacto ambiental, siguen enviando mensajes de alarma frente a esta situación; y los conservacionistas, a pesar de sus esfuerzos, son atacados, como es el caso de Colombia que se ubicó, por primera vez, como el país con más líderes ambientales asesinados, con 64 muertes en 2019.
Los intereses son diferentes y muchos serán los argumentos de cada una de las partes. Hemos de esperar a que el planeta se sacuda, como lo ha hecho con un virus que se ha llevado a miles de personas, o quizás, debemos esperar una catástrofe mayor para consolidarnos y trabajar en pro de nuestra Tierra.
rmr