Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Un sujeto de nombre Uriel R. obligaba a su pareja, cuya identidad se ha reservado para su protección, a trabajar. ¿El objetivo? Que le comprara drogas.

La mujer, además, tenía un problema auditivo y no podía escuchar con claridad, lo que dificultaba que pudiese comunicarle a otras personas acerca del trance por el que atravesaba.

Cansada de la situación, aunque algo asustada, decidió acudir el 29 de marzo al Centro de Justicia Integral para las Mujeres (CJIM) región Morelia, para ver si ahí podían hacer algo por ella para detener la situación en que se encontraba.

No habría sido una sola sino reiteradas veces las que la mujer padeció dicha violencia, según se supo una vez la dependencia le proporcionó un intérprete de lenguaje de señas mexicanas para que contara los hechos.

Tras presentar pruebas y llevarse a cabo la investigación respectiva, en la que se determinó que el indiciado ejerció violencias psicológica, física, patrimonial y económica, la Fiscalía General del Estado (FGE) consiguió de un Juzgado Oral Familiar Especializado en Violencia Familiar y Violencia Contra la Mujer en Razón de Género, una orden de alejamiento para Uriel R.

Eso significaba que la denunciante nunca más volvería a ser agredida por su hasta entonces pareja, quien ya fue enterado de la medida por elementos de la FGE, que lo visitaron en su domicilio.

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