Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En Michoacán, la Navidad no solo se celebra: se cultiva. Entre invernaderos, manos expertas y una tradición que cruza fronteras, el estado se consolida como el segundo mayor productor de flor de Nochebuena en México, una planta que nació en estas tierras y hoy decora millones de hogares en el mundo.
Con una producción anual cercana a ocho millones de plantas, Michoacán aporta 21.5 por ciento del total nacional, solo por debajo de Morelos, informó el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, al destacar el valor histórico, cultural y económico de este cultivo emblemático de la temporada decembrina.
La Nochebuena —símbolo de pureza, esperanza y nueva vida— tiñe de rojo y verde la Navidad. Sin ella, la festividad pierde uno de sus lenguajes más universales. En municipios como Zitácuaro y Uruapan, esta flor no solo embellece hogares: sostiene economías familiares y preserva saberes agrícolas transmitidos por generaciones.
De acuerdo con el mandatario estatal, el cultivo representa un valor de producción superior a los 80 millones de pesos, beneficiando de manera directa a más de 600 familias, principalmente en la región Oriente del estado, donde la Nochebuena es sinónimo de empleo, arraigo y orgullo local.
Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Michoacán, la superficie destinada a este cultivo es de aproximadamente 100 hectáreas, gran parte bajo agricultura protegida, como invernaderos y macrotúneles, lo que permite garantizar calidad, sanidad vegetal y competitividad en el mercado nacional.
Zitácuaro encabeza la producción estatal, especialmente en localidades como San Felipe de los Alzati, Ocurio, Ziráhuato de los Bernal y Curungueo; mientras que Uruapan complementa la producción. Entre ambos municipios se cultivan alrededor de 13 variedades comerciales.
Aunque existen tonalidades rosa, blanco, amarillo, mármol y jaspeado, el rojo tradicional domina el mercado, representando cerca del 90 por ciento del consumo nacional, confirmando que, pese a la innovación, la tradición sigue marcando el corazón de la Navidad mexicana.
RPO