Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Para revertir los graves problemas alimenticios que existen en el país, que van desde el sobrepeso y la obesidad hasta la desnutrición, es fundamental promover la educación nutricional desde las escuelas y de forma permanente, consideró Rosario Guzmán Ayala, maestra en nutrición clínica y especialista en nutrición bariátrica.
Al ser entrevistada sobre algunos objetivos que se han planteado con la aprobación de la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, que colocó a México dentro del selecto grupo de países que tienen reglamentado el derecho humano a la alimentación adecuada, la especialista reconoció que los cambios que plantea la nueva legislación implicarían un profundo cambio en los hábitos alimenticios de la población.
Y para lograrlo, dijo, se requiere comenzar a brindar educación nutricional desde las escuelas de educación básica para aprender a alimentarnos adecuadamente, para saber leer el etiquetado de los productos, para conocer el daño que algunos productos le pueden causar al organismo y para saber balancear los alimentos que se consumen todos los días.
“Y tristemente vamos peor; yo tengo trabajando aquí en la ciudad de Morelia aproximadamente 18 años en este campo y cada vez me doy cuenta que cada día estamos comiendo más mal, a pesar de que hemos tenido algunas cuestiones que han cambiado un poquito, hace algunos años cambió el etiquetado nutrimental precisamente con el objetivo de que la población pudiera decidir mejor adquirir productos más saludables pero la verdad es que no fue así y yo cada día veo que mis pacientes o la gente en general, la población está comiendo peor cada día”.
Entrevistada en el programa radiofónico En Contexto. Abriendo la conversación en Michoacán, que se transmite de lunes a viernes por el 105.1 de F.M., Radio Fórmula Morelia, de 16.00 a 17:00 horas, Guzmán Ayala reconoció que México padece una epidemia de obesidad y sobrepeso, incluidos los niños y las niñas, por lo que si bien reconoció la promulgación de la nueva legislación, dijo que se requerirán muchos años para cambiar los hábitos alimenticios de la población, empezando por disminuir el alto consumo de bebidas y productos con altos niveles de azúcar.
Y es que con base en estudios internacionales -como el realizado por la Universidad de Yale y publicado por la UNAM (disponible en https://www.gaceta.unam.mx/mexico-primer-consumidor/), México es el país con mayor consumo de refrescos cápita del mundo, promediando 163 litros al año. Incluso hay estados de la República, como Chiapas, que además es de los de mayor marginación del país, cuyo consumo de estas bebidas cuadruplica el promedio nacional.
“Ahora el malo de la película es el azúcar y tristemente déjame contarte algo y a lo mejor de ahí podemos entender un poco mejor la epidemia de obesidad, es que el azúcar es adictivo, y es mucho más adictiva que la cocaína”.
La nueva legislación establece que la población tiene el derecho al acceso a una “alimentación adecuada” -definida esta como: el “consumo de alimentos nutritivos, suficientes y de calidad, que satisfaga las necesidades fisiológicas de una persona en cada etapa de su ciclo vital y que sea adecuado a su contexto cultural y posibilite su desarrollo integral, la nutrición óptima y una vida digna- pero no explica cómo se obtendrá el conocimiento para que los alimentos que consuma cumplan con esas características.
Al mencionar el etiquetado que se utiliza en el país, la especialista dijo que no es complejo aprender a descifrarlo, pero sí requiere de una capacitación mínima al personal de las escuelas, padres y madres de familia y personal de maneja alimentos.
El artículo 20 de la nueva legislación lo establece de forma precisa: “La información de los productos alimenticios preenvasados, tanto en sus etiquetas y en sus contra etiquetas, deberá ser veraz, clara y comprensible sobre su origen, contenido energético, azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio y los nutrimentos críticos, ingredientes y demás elementos que determine la Secretaría de Salud, en los términos que fije la Ley General de Salud”.
mrh