Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La desaparición de la Comisión Federal de Competencia Económica, encargada de investigar y sancionar prácticas monopólicas, ha encendido las alertas entre especialistas por su impacto en la transparencia, la economía de mercado y la rendición de cuentas. José Nery Pérez Trujillo, extitular de la Unidad de Planeación, Vinculación y Asuntos Internacionales de la Cofece, advirtió que esta decisión representa "un retroceso histórico" para el sistema económico del país.
Economista y maestro en Política Pública por la Universidad de Chicago, y con más de 20 años de experiencia profesional en competencia y regulación, análisis de mercados, planeación y evaluación, Pérez Trujillo advirtió que, en un contexto de bajo crecimiento económico y alta concentración de mercado, el país necesita instituciones independientes que generen confianza para la atracción de inversiones y, por ende, generen mayor riqueza: “Sabemos que hay una gran concentración de mercado y esa gran concentración de mercado está demostrado científicamente, hay muchas referencias y muchos análisis económicos, que es una de las causas principales de la pobreza en este país”.
Recordó que, durante más de una década, la Cofece operó como contrapeso frente a prácticas anticompetitivas. Investigó casos emblemáticos como la colusión de farmacéuticas para vender insumos médicos con sobreprecios al IMSS, la fijación de tarifas entre líneas de autobuses y los acuerdos entre Afores para no competir por clientes. Sin autonomía, sostiene el experto, ese tipo de investigaciones serán más difíciles o, simplemente, dejarán de hacerse.
En entrevista para el programa En Contexto. Abriendo la Conversación en Michoacán —que se transmite por Radio Fórmula Morelia—, el especialista detalló que el nuevo organismo, denominado Comisión Nacional Antimonopolio —que estará sectorizado a la Secretaría de Economía como un organismo descentralizado—, contará con cinco comisionados designados directamente por la presidenta de la República, sin necesidad de acreditar experiencia técnica ni independencia frente a intereses empresariales o políticos como ocurría con los integrantes de la Cofece. Este esquema, advirtió, puede favorecer la captura política de una institución clave para garantizar un piso parejo en los mercados.
Recordó que justamente una de las principales ventajas de la autonomía de la Cofece era su independencia política: “La razón fundamental de por qué se creó un órgano autónomo es que un órgano tan técnicamente especializado corría el riesgo de politizarse y entonces nombrar como titulares a políticos que no tuvieran el perfil técnico para tomar las decisiones, pero que además lo vuelve un órgano más fácil de captura, hay un problema de que se le llama captura del regulador, y es más fácil de que sea capturado por los empresarios o por los políticos, ¿no? Entonces, las decisiones, en lugar de que tengan ese carácter eminentemente técnico, tienen un carácter o de compra política o de compra económica”.
En un país con alta concentración económica —donde dos empresas controlan, por ejemplo, productos populares como las tortillas, los lácteos o los refrescos—, eliminar el principal regulador autónomo representa, de facto, un debilitamiento del consumidor frente a los monopolios. “En México, la pobreza también se explica por los altos niveles de concentración de mercado”, advirtió Nery Pérez.
Particular preocupación genera la situación en el sector energético. Tras reformas recientes, empresas del Estado como Pemex y CFE ya no pueden ser investigadas por prácticas monopólicas. “Hoy, si una gasolinería de Pemex desplaza a una competidora privada, no hay institución que lo revise. Está legalmente protegido”, explicó el economista.
Además del fondo, la transición institucional enfrenta problemas operativos. La reforma establece que los asuntos vigentes de la Cofece pasarán al nuevo órgano, pero no hay certeza sobre cuándo ni cómo. A esto se suma un recorte presupuestal del 70 % que dejó a la Cofece sin capacidad financiera para operar, según reportes internos.
Si bien señaló que organismos internacionales como la OCDE recomiendan que las autoridades antimonopolio sean autónomas para evitar presiones políticas, dijo que en algunos países como Estados Unidos o Canadá estos órganos dependen formalmente del Ejecutivo; sin embargo, destacó que en esas naciones existe una sólida estructura institucional que garantiza independencia técnica, algo que no ocurre en el modelo mexicano.
Además, recordó que a la pérdida de autonomía se suma el debilitamiento o desaparición de otros órganos constitucionales. Por ejemplo, la extinción del INAI y CONEVAL confirma una tendencia preocupante: el desmantelamiento de los contrapesos. “Ya no hay árbitros independientes. Hoy, las decisiones técnicas se subordinan a intereses políticos”, advirtió el exfuncionario.
La eliminación de la Cofece, comentó, se da justo cuando el país enfrentaba nuevos retos, como la regulación de plataformas digitales, inteligencia artificial y mercados laborales. Temas complejos que requieren análisis técnico, no lealtades políticas. “No es momento de cerrar instituciones, sino de fortalecerlas para responder a los desafíos del siglo XXI”, afirmó.
Para José Nery Pérez, lo más grave es la erosión del espacio cívico. “El mejor contrapeso que puede tener un gobierno es una sociedad informada. Hoy más que nunca, necesitamos ciudadanía crítica y activa para defender nuestros derechos frente al poder”, concluyó.
rmr