Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El homicidio del periodista Mauricio Cruz Solís, perpetrado en Uruapan muestra que, en México, las y los periodistas continúan en una situación de altísima vulnerabilidad ante los ataques cometido tanto por grupos criminales como por representantes de los tres órdenes del gobierno, como muestran las estadísticas de las agresiones cometidas contra la prensa en el último sexenio, coincidieron analistas y periodistas.
Dalia Martínez Delgado, periodista con más de tres décadas de experiencia, opinó que lo que le ocurrió al periodista michoacano, quien se convirtió en el primer comunicador asesinado durante el sexenio de Claudia Sheinbaum, le pudo haber sucedido en cualquier parte de la república, porque no existen garantías para el ejercicio periodístico en México y no se requería de amenazas previas para que su vida estuviera en riesgo.
Hasta el momento, dijo, se desconocen las motivaciones que tuvieron sus agresores, pero hasta donde se conoce sobre el trabajo periodístico de Mauricio Cruz, no desarrollaba una labor de investigación en temas relacionados con grupos criminales de la región o sobre temas de corrupción que pudieran suponer una motivación para su ataque; pero lamentablemente en el país no se requiere que las y los periodistas profundicen en temas relacionados con el narcotráfico para ser sujetos de agresiones, advirtió.
"Actualmente", dijo, "el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que implementa el gobierno federal ha demostrado que no sirve para garantizar plenamente la seguridad de las y los comunicadores -Amnistía Internacional ha documentado que en los últimos siete años han sido asesinados ocho periodistas que estaban inscritos en dicho programa-, por lo que tampoco es la solución frente a las amenazas que enfrentan los compañeros", comentó la periodista.
Martínez Delgado, quien ha sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo y el premio Rey de España por trabajos de investigación, advirtió que además de los ataques mortales que sufren las y los comunicadores, enfrentan un ambiente hostil generado por quienes debieran proteger y garantizar su labor, es decir, por los propios funcionarios públicos, ya sean gobernantes, representantes populares e incluso miembros de las fuerzas de seguridad, lo que ha ampliado la vulnerabilidad de su labor.
Y tampoco existe confianza, dijo, en el trabajo de las fiscalías, porque generalmente los ataques en contra de las y los periodistas quedan en total impunidad; y es que de acuerdo los diferentes informes que se han brindado, según el lapso de tiempo que se analice, el porcentaje de casos judicializados por ataques en contra de las y los comunicadores ha llegado hasta el 21 por ciento, pero solo se ha alcanzado entre el 1y el 2 por ciento de sentencias condenatorias.
Sobre esto, José Alberto Guerrero Baena, analista en temas de seguridad y miembro del Observatorio de la Guardia Nacional y Militarización en México, coincidió que los periodistas enfrentan un ambiente de grave hostilidad generado por los propios gobernantes, desde la Presidencia de la República hasta los alcaldes de los municipios más pequeños.
Advirtió que los políticos no han medido el impacto que puede generar sus agresiones y descalificaciones verbales contra las y los periodistas, porque mientras más pequeños son las comunidades, en mayor riesgo los colocan, como es el caso de Uruapan, en donde el edil Carlos Manzo ha sido señalado por calificar de “chayoteros” a muchos representantes de los medios de comunicación.
Si a esto se le suma el problema de inseguridad que existe en Uruapan y la falta de una policía confiable y debidamente capacitada, difícilmente se podría garantizar la seguridad de sus habitantes, incluidos los periodistas, por lo que prevé un ambiente de vulnerabilidad para las y los comunicadores de la región, expuso el también analista de medios locales y nacionales.
RYE