Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La selva del sur de Yucatán agoniza bajo el peso de tractores y maquinaria pesada. Más de 6 mil hectáreas han sido devastadas por la agroindustria, con un daño que las autoridades consideran irreversible.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) encendió la alarma: la expansión descontrolada de monocultivos amenaza uno de los ecosistemas más frágiles de la península. Según Guillermo Porras Quevedo, delegado de la Semarnat en Yucatán, este fenómeno se concentra en municipios como Tekax, Peto y Tzucacab, donde el desmonte avanza sin freno y, en muchos casos, sin permisos ambientales vigentes.
“En este corredor sobreviven especies emblemáticas como el jaguar, el puma y el ocelote [...], las cuales se encuentran amenazadas”advirtió el funcionario federal
Las actividades agrícolas, principalmente impulsadas por grupos menonitas, han modificado radicalmente el uso de suelo. En el ejido Mesatunich, en Tekax, autoridades clausuraron recientemente 145 hectáreas de selva arrasada para la siembra masiva de sorgo y maíz. La intervención también reveló caminos abiertos ilegalmente, extracción de material pétreo y afectaciones directas a la fauna silvestre.
Este operativo es solo uno más en una serie de intervenciones federales en la región, donde se han documentado prácticas recurrentes de desmonte irregular. La Selva Maya, considerada uno de los pulmones más importantes del país y refugio de biodiversidad única, está en jaque.
“La selva no es tierra vacía: es vida, historia y equilibrio”
La pérdida de cobertura vegetal no solo pone en riesgo a las especies icónicas, también impacta directamente en el clima, el acceso al agua y el tejido social de las comunidades mayas que habitan la zona. Especialistas ambientales han advertido que este modelo de producción industrializado, centrado en el monocultivo, no es compatible con la vocación natural del territorio.
RPO