Brasil (MiMorelia.com/Redacción).- También van como invitados especiales a los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, además de ser protagonistas. Por eso viajarán en avión y en condiciones especiales. Son los caballos que vendrán desde el continente europeo.

Antes de volar, los equinos habrán pasado 15 días de cuarentena, casi todos en cuadras en Europa lo más cerca posible del Aeropuerto de Lieja (Bélgica), desde donde el 6 y el 7 de agosto próximos despegarán dos vuelos con 60 caballos cada uno.

Los animales viajan en pequeños establos individuales de 3.5 x 2.5 metros, con protecciones en las patas, y acompañados por un veterinario y un mozo en todo momento. Aparte de suficiente heno para alimentarlos.

Será un vuelo de unas 11 horas, donde además tendrán aire acondicionado y alimentos de primera categoría, a fin de que lleguen en las mejores condiciones a la justa olímpica de Brasil, donde el concurso completo ecuestre se celebra del 6 al 9 de agosto, el adiestramiento del 10 al 15 del mismo mes, y los saltos del 14 al 19 siguientes.

Más de 300 caballos competirán en la justa veraniega en las tres modalidades de saltos (75 caballos y jinetes clasificados, más 15 reservas); concurso completo ecuestre (65 clasificados, 11 reservas); y Doma (60 caballos y 10 reservas), a los que se suman otros 60 animales que estarán con sus jinetes en los Juegos Paralímpicos. Y casi todos ellos, incluso los del equipo brasileño, vendrán en avión desde Europa.

"Para los caballos es menos traumático el viaje en avión que en camión, que es como se desplazan habitualmente cuando están en Europa. Viajan cómodos, seguros y con todas las facilidades", explica Eduardo Álvarez Aznar, jinete del equipo español de saltos que participarán en Río 2016 junto a Rockefeller, su equino, en declaraciones al equipo de prensa de los juegos.

Agrega: "Cada caballo, que pesa unos 540 kilos, come cinco kilos de pienso y ocho kilos de forraje diario. Y toda la comida y las vitaminas de cada animal tenemos que llevarla a Río. En mi caso, como el pienso que comía habitualmente Rockefeller no se distribuye en Brasil, le cambiamos la alimentación hace tres meses y está ya habituado al que tomará en los juegos".

Un viaje de ese tipo por avión hace que los caballos lleguen ligeramente estresados y cansados, pero la mayoría de ellos ya están acostumbrados a volar, pues lo hacen para participar en competiciones en Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong o Estados Unidos.

La gran mayoría de los jinetes y sus caballos residen habitualmente en Europa, donde se hacen buena parte de las competiciones y donde los desplazamientos se hacen por carretera. Por eso para viajar a Brasil, casi todos los caballos llegarán por aire.

Una vez en la ciudad carioca, en el mismo aeropuerto los veterinarios de Río 2016 asignan a cada caballo su dorsal identificativo, una suerte de acreditación que deberá llevar visible en todo momento cuando salga de la cuadra, lo cual permite saber todo sobre el animal: su fisionomía, su pasado en competición, su tipo de alimentación o hasta cuándo tiene cita con el fisioterapeuta.

Porque los caballos olímpicos además de veterinarios y mozos de cuadras, cuentan con un servicio de fisioterapia para que se recuperen lo mejor posible y rindan mejor. En el Centro Olímpico Ecuestre de Deodoro, sede de las pruebas de Hípica, ya está todo listo para la llegada de sus huéspedes.