Morelia, Michoacán (MiMorelia.com). – A lo largo de la historia, los hijos de Michoacán han destacado por ser partícipes distinguidos en los momentos más importantes del devenir histórico de nuestro país, y la lucha por la defensa de la soberanía nacional en contra del expansionismo estadounidense en 1846 no sería la excepción.
Cuando el ejército de Estado Unidos ocupó el puerto de Veracruz en 1847, era inevitable el paso del invasor por suelo mexicano, por lo cual, el gobernador de Michoacán, Melchor Ocampo, decidió tomar la iniciativa de prevenir y organizar al Estado de Michoacán para contribuir a la defensa nacional de diversas formas.
El sentimiento patriótico que impulsó Melchor Ocampo pronto escalaria a las esferas del Cabildo Eclesiástico que realizó un novenario a la Virgen de Guadalupe, trasladando la venerada imagen por distintos templos de la ciudad en los nueve días, pasando por el templo de las monjas Catarinas, San Francisco, Tercera Orden, Capuchinas, San Agustín, La Merced, La Compañía, El Carmen y Catedral, ayudando a exaltar el sentimiento de identidad, así como lo había hecho Hidalgo cuando tomó a la Virgen como estandarte; además, la iglesia también colaboró enviando materiales para emplearlos en la creación de armas y municiones.
Ocampo haría todo lo posible por apoyar a la nación a pesar de la escasez que tenía el Estado, se aportó alimentos, ropa, municiones, armas, caballos y cuando el enemigo irrumpió aún más en el territorio mexicano hizo un llamado al pueblo michoacano para sumarse activamente a la batalla. La proclama pronto haría brotar del corazón de los michoacanos el sentimiento más sagrado de una nación independiente: defender su patria. Fue así, que, a pesar de las diferencias ideológicas, se lograron reconciliar y unirse a la lucha diversas facciones que hasta entonces se encontraban en disputa.
En la mañana del 4 de abril de 1847, en el interior de las instalaciones del Colegio de la Compañía, actualmente Palacio Clavijero, tuvo lugar la convocatoria con un aproximado de 4000 voluntarios, en su mayoría campesinos, artesanos y jóvenes nicolaítas que habían interrumpido sus estudios académicos para ofrecer su vida en defensa de la patria.
En el acto, Melchor Ocampo en compañía de sus colaboradores más cercanos, organizó el cuerpo de infantería, caballería y artillería a pesar de la escasez de recursos. La Guardia Nacional estaba reorganizada y de entre los diversos cuerpos creados ese día uno sería nombrado por el propio gobernador como Batallón Matamoros de Morelia, en honor del héroe insurgente Mariano Matamoros, que fuera fusilado en 1814 en el antiguo Portal Ecce Homo, actual Portal Matamoros. El Batallón quedó a las órdenes del coronel Juan B. Traconis y fue integrado por una compañía de granaderos, seis de fusileros y una de cazadores.
El 27 de mayo de 1847, se realizó un acto simbólico en la parte frontal del Portal Matamoros, ahí, Melchor Ocampo haría entrega de la bandera del Batallón, elaborada por la señora Francisca Ramiro de Montaño, a un joven nicolaíta de nombre Isidro Alemán, el gobernador procedió a decirle la importancia de la insignia y el juramento para su cuidado; además de pedirle que recordará que “un regimiento que ha perdido su águila lo ha perdido todo”; (Guzmán, 1997, p.14). posteriormente fray N. Hejar ofreció la santa misa y bendijo el glorioso estandarte para dar marcha al batallón a su bautizo de fuego, no sin antes recibir unas palabras más del gobernador Ocampo exhortando el patriotismo, la unión, la esperanza, y el dolor que le causaba que una vez más las tierras michoacanas tuvieran que ofrecer a sus hijos en sacrificio en aras de las soberanía nacional, pero a su vez, insistiendo en la valentía que debían mostrar ante el enemigo, y “[…] como las espartanas [de la antigüedad, les dijo]: volved con el escudo o sobre el escudo” (Guzmán, 1997, p.52).
El Batallón llegaría a la Ciudad de México el 8 de junio por la garita de Belén siendo participes durante la batalla de Chapultepec el 12 y 13 de septiembre de 1847.
Bajo al grito de “¡Viva México!, ¡Aquí está Michoacán!”, el Batallón Matamoros se unió al combate y de acuerdo con los Apuntes para la historia del Batallón Matamoros de Morelia del propio Isidro Alemán, fue él quien tomó su papel como abanderado y ondeando la bandera del batallón alentó a sus compañeros para sumarse a la lid.
A las nueve de la mañana de aquel 13 de septiembre, el enemigo avanzó hacía el Castillo de Chapultepec donde se libraría una intensa defensa de parte del Batallón Activo de San Blas, cuyas vidas entregaron a favor de la patria, incluso la del héroe Santiago Xicoténcatl. El ejército estadounidense tomaría posición del Castillo después de caer la última gesta heroica de los aproximadamente cincuenta o sesenta jóvenes alumnos del Colegio Militar.
El Batallón Matamoros tuvo que retroceder por órdenes directas y por la desventaja de posición al comenzar a recibir fuego de dos direcciones, tuvo que reagruparse en la garita de Belén en donde recibirían elogios del propio general Antonio López de Santa Anna debido al valor mostrado en la batalla. Después de un tiempo fueron enviados a Querétaro y finalmente regresaron a Morelia el 2 de noviembre de 1847.
La bandera del Batallón fue entregada bajo resguardo al nicolaíta Isidro Alemán debido a su valor en el combate. Insignia que actualmente puede ser visitada en el interior de la sala Melchor Ocampo en las instalaciones del Colegio de San Nicolás de Hidalgo y que aún conserva fragmentos de la leyenda: “Guardia Nacional Batallón Matamoros”, y del águila juarista que también puede verse esculpida en la pesada asta (bandera), que de igual forma se conserva en el Colegio en el interior de la Biblioteca Melchor Ocampo a lado del antiguo monumento donde se encontraba el corazón del ilustre liberal mexicano.
Alemán escribiría sus memorias en los Apuntes para la historia del Batallón Matamoros de Morelia, obra que insistió el licenciado Eduardo Ruiz para su creación con la finalidad de que el pueblo michoacano no olvidara la historia del Batallón. Isidro Alemán fallecería en 1905 y sería enterrado en el panteón municipal de Morelia, cuyos restos descansan en la rotonda de los hombres ilustres.
Actualmente la memoria del Batallón ha quedado al margen de la historia, pero es posible encontrar elementos que recuerdan la hazaña de los valientes michoacanos. Tenemos por ejemplo la obra del historiador Moisés Guzmán Pérez realizada a partir del manuscrito original de Alemán proporcionado por el historiador Gerardo Sánchez Díaz, la propia tumba de Isidro Alemán, la bandera y la asta (bandera) en el Colegio de San Nicolás, un fragmento del mural sobre la historia de morelia del artista Alfredo Zalce en Palacio de Gobierno, donde se ve a Melchor Ocampo guiando a un pueblo michoacano que es envuelto por el manto patriótico y un peculiar jardín que lleva por nombre Héroes de 1847, que homenajea la gesta heroica de Chapultepec y de aquellos que ofrecieron su vida en defensa de la soberanía nacional.
Referencia:
Guzmán Pérez, Moisés (1997). Apuntes para la Historia del Batallón Matamoros de Morelia / Isidro Alemán; Investigación, estudio historiográfico y apéndice documental. Morelia, Michoacán: Instituto de Investigaciones Históricas / UMSNH.
Alfaro, Á; Rivera, L; Fernández, M. (Coord.). (2016). Las fuerzas armadas ante la intervención extranjeras. México: Secretaría de la Defensa Nacional y Secretaría de Marina Armada de México.