Morelia, Michoacán (MiMoreia.com).- Una nueva corriente viral está arrasando en TikTok, no por su valor educativo ni su profundidad cultural, sino por su capacidad para capturar la atención a través del absurdo. Figuras como ‘Tralalero Tralalá’, un tiburón con piernas humanas y zapatillas deportivas, y ‘Bombardino Cocodrilo’, un cocodrilo fusionado con un avión militar, se han convertido en los rostros de una tendencia bautizada como “brainrot”.
El término, que en español puede traducirse como “decadencia mental”, ha cobrado fuerza en redes sociales como una forma irónica de describir la saturación mental que generan los contenidos virales que abundan en estas plataformas.
Estos videos combinan audios caóticos, efectos sonoros absurdos y personajes irreales diseñados con herramientas de IA. Uno de los ejemplos más emblemáticos es el meme ‘Tralalero Tralalá’, surgido en enero de 2025 a partir de un audio italiano generado artificialmente que fue subido por un usuario a TikTok.
Aquel audio, con frases sin sentido como “Tralalero Tralala”, rápidamente se viralizó al combinarse con imágenes de tiburones con patas, cocodrilos voladores, camarones con cara de gato o incluso elefantes cactus. Lejos de tener lógica narrativa o visual, estas creaciones apelan a lo absurdo como gancho emocional y sensorial.
Tralalero Tralalá: tiburón con piernas humanas y zapatillas Nike.
Bombardino Cocodrilo: mezcla de cocodrilo y avión que lanza bombas.
Tung Tung Tung Tung Sahur: criatura que sostiene una taza de té y un bate.
Ballerina Capuchina y Capuchino Assassino: pareja de tazas de café con personalidades opuestas.
Glorbo, Frigo Camelo, Chimpanzini Bananini y más, todos productos de una imaginación potenciada por algoritmos.
Aunque podría parecer una moda pasajera, expertos advierten que el “brainrot” es un reflejo del desgaste mental derivado del consumo constante de estímulos visuales sin pausa ni filtro. Frases como “ya me dio brainrot de tanto TikTok” se han vuelto comunes en conversaciones entre jóvenes, quienes usan el término como una mezcla de autocrítica y resignación ante el ritmo frenético de las redes.
Por ahora, mientras la moda del “cerebro podrido” continúa extendiéndose, los personajes del universo “brainrot” siguen acumulando vistas, likes y comentarios, alimentando un ciclo donde lo ilógico y lo absurdo se convierten en moneda cotidiana del entretenimiento digital.
RPO