Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La inflación se ha instalado y está causando estragos. La banca ha cambiado el rumbo de su política y las repercusiones ya se dejan sentir en los mercados.

Las criptomonedas, uno de los activos de mayor volatilidad que más popularidad ha alcanzado en los últimos tiempos, sufren caídas masivas y un descalabro alarmante en sus precios. Esta situación dista mucho de la que gozaban hace tan solo unos meses, cuando la cotización de Bitcoin batía récords históricos. Aunque al parecer, esa racha alcista podría haber llegado a su fin, según se deduce del análisis de la actual situación del mercado cripto.

Y es que en situaciones de bonanza económica, donde tanto las expectativas de crecimiento económico como el sentimiento son positivos, los activos considerados de riesgo experimentan importantes subidas. Todo lo contrario a lo que sucede cuando cambia la situación.

En este momento, ante el temor a que la Reserva Federal precipite la contracción de su política monetaria, el desplome de las criptomonedas se ha extendido, agravando una situación que comenzó a empeorar hace ya varios meses.

Desplome de las criptomonedas

Normalmente, las caídas más comentadas suelen ser las de Bitcoin, pero lo cierto es que el resto de las criptomonedas llevan sufriendo un descenso que se prolonga ya a lo largo de varios meses.

La gota que colmó el vaso fue el sonado desplome de TerraUSD, que se contagió y extendió rápidamente por todo el mercado, causando el pánico entre los inversores que ahora quieren huir de los criptoactivos.

Además, hay que tener en cuenta la actual situación del mercado macroeconómico, donde el endurecimiento de la política monetaria a nivel global, la retirada de los estímulos y el temor a una recesión, terminan de rematar al mercado de las criptomonedas, percibido como uno de los mercados con mayor nivel de riesgo e instalando en él serias dudas acerca de su estabilidad.

En el momento de redactar este artículo, el descenso acumulado de los últimos días de la criptomoneda reina supera el 22%.

El salto del 2020

El escenario que nos ocupa dista mucho del de aquél 2020, cuando las criptomonedas disfrutaban de un momento de plena efervescencia y experimentaban su gran salto, sumando cada día nuevos defensores de su potencial a capa y espada, especialmente como escudo frente a la inflación y la ascendían a la categoría de oro digital. Además, gracias a la liquidez inyectada por los bancos centrales en aquellos momentos, el sentimiento de los inversores frente a estos activos era muy optimista, llevando a que tanto Bitcoin como Ethereum alcanzasen precios exorbitantes.

Y es que la inflación ha perjudicado seriamente a las criptomonedas, pese a ser consideradas un refugio frente a ella por muchos. La subida de los tipos de interés ha impulsado la rentabilidad de los bonos y, probablemente, parte de lo invertido en Bitcoin, se ha trasladado a ellos.

La realidad tras la pandemia

Pero una vez superada la pandemia aparecen nuevos retos que los mercados deben afrontar.

Todos los bancos centrales están en la línea de endurecer sus políticas, restando liquidez al sistema e incrementando los tipos de interés, al tiempo que generan una gran aversión al riesgo, y perjudicando gravemente a la gran mayoría de las principales criptomonedas que, según los datos de los analistas, habrían sufrido una caída superior al 90%, considerando sus máximos históricos.

Para algunos expertos, aún es demasiado pronto para asegurar que criptomonedas como Bitcoin puedan llegar a ser irrelevantes pues, pese a que aquellos que invirtieron a finales del 2021 e inicios del 2022, hayan sufrido grandes pérdidas, no es así para quienes lo hicieron en los años previos. A pesar de que consideran escasas las posibilidades de que se dé un nuevo mercado alcista en el corto plazo.

A día de hoy, la cotización de Bitcoin ronda los 20.000 dólares y aún se prevé descienda más, hasta los 17.000 o 18.000 dólares, según determinados analistas que luego esperan un rebote hasta los 30.000.

No obstante, opinan que la recuperación será larga, pues la tendencia bajista podría permanecer hasta finales de año, antes de poder volver a iniciar una tendencia alcista que podría acontecer en el 2024.