Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Carlos Slim ha dado un paso decisivo para consolidarse como la figura privada más influyente en el sector energético nacional, invirtiendo más de 2 mil millones de dólares para asociarse con Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal en crisis.
En un movimiento que recuerda la histórica adquisición de Telmex en los años noventa, Slim ha consolidado su entrada al mundo petrolero a través de una serie de inversiones estratégicas, incluyendo la compra de yacimientos a otros magnates y la participación en proyectos clave como el megayacimiento Zama y el campo Lakach en el Golfo de México.
A través de su conglomerado Grupo Carso, Slim posee ya una participación significativa en Zama, que se estima aportará hasta el 10% de la producción petrolera nacional en los próximos años. También ha rescatado el proyecto Lakach, donde planea duplicar la producción a 80 mil barriles diarios con inversión en infraestructura propia.
“Hace falta abrir más pozos y comprar una plataforma adicional [...] Esa plataforma la construiríamos nosotros para dentro de unos dos años”declaró Slim en febrero pasado
Sin embargo, el desafío es monumental: Pemex arrastra una deuda de más de 100 mil millones de dólares, enfrenta caída histórica en la producción y sufre una continua fuga de inversionistas, entre ellos el fondo soberano de Noruega.
“La presidenta es muy buena, muy trabajadora [...] Ya se dio cuenta de que necesita inversión del sector privado”, comentó el magnate, refiriéndose a Claudia Sheinbaum, con quien mantiene una relación cercana.
Las reformas energéticas impulsadas por la nueva administración buscan precisamente esto: reactivar la inversión privada en condiciones más flexibles, aunque expertos advierten que aún hacen falta incentivos claros para atraer a las grandes petroleras internacionales.
Mientras tanto, Pemex enfrenta su producción más baja en 40 años, con apenas 1.6 millones de barriles diarios, y una urgente necesidad de modernización.
RPO