Si bien es natural y válido que haya dudas sobre la iniciativa que llegará al Congreso del Estado, enviada por el Ejecutivo de Michoacán y que busca tipificar la apología del delito, hay que poner los puntos sobre las íes respecto a que no se trata de una censura, ni a los medios de comunicación ni a nadie que se encuentre bajo la ley.
La apología delictiva se refiere a la exaltación, glorificación o defensa de actos criminales específicos o de quienes los perpetran, proyectando estas conductas como alternativas legítimas al Estado de Derecho.
No creo que ningún medio de comunicación o periodista —que se digne de serlo— busque glorificar el delito o al narco. Leamos políticamente bien: no es censura.
Las y los periodistas, y la sociedad en general, debemos educarnos para distinguir entre el respaldo a una ideología o creencia general y la apología del delito. Expresar apoyo a una determinada forma de pensar no constituye apología delictiva, siempre y cuando no se justifiquen ni se promuevan directamente acciones ilegales derivadas de esa ideología.
Esto es: la distinción está en que, aunque respaldar una idea puede formar parte del derecho a la libertad de expresión, justificar de manera directa los delitos cometidos en nombre de esa idea significa avalar actos ilegales, lo cual sí se considera apología del delito.
Vaya campañita de algunos transportistas
Si hay un grupo de presión que históricamente se ha beneficiado económicamente a través del chantaje, movilización e incluso de violencia, es un ala de transportistas que surgió del PRI y que intentó hacer su propio partido.
Después de haberse escindido de Alianza —grupo primigenio del transporte—, encontraron el beneficio en obtener concesiones para revenderlas. Si hay personajes que la sociedad moreliana no tolera, son ellos, esos dirigentes que hoy —al igual que el sexenio pasado, y hace dos y hace tres gobiernos— están en contra del desarrollo. Nadie les cree.
Lo que es una realidad es que la obra civil del teleférico en Morelia ya inició y que, con Gladyz Butanda, Uruapan y la capital michoacana entrarán al futuro de la movilidad.
rmr