Michoacán está construyendo su mejor versión. De eso dan cuenta los 26 mil millones de pesos en inversión pública y privada en los 113 municipios del Estado.
Además, hacerlo sin contratar deuda es una golpe directo a la corrupción que imperó por décadas en el estado, una práctica común donde se simulaba con el discurso de la modernización.
Hoy Michoacán tiene un rostro diferente sin esas corruptelas. Un rostro de desarrollo e innovación, por ejemplo, el teleférico que se construirá en Uruapan, además de ser necesario por la crisis ambiental y de movilidad que padece la capital aguacatera, se perfila como la obra más importante del gobierno bedollista.
El teleférico representa la visión que da vida a la nueva ley de movilidad, una visión moderna, sostenible, amable con el medio ambiente, pensando en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sobre todo de quienes se mueven en transporte público, una obra emblemática que situará a Uruapan a la vanguardia en movilidad en el continente.
A la par, se construyen y modernizando mil 100 kilómetros de carreteras, algo que no habíamos visto los michoacanos, hace falta que los municipios se pongan a la altura y mejoren las vialidades primarias de nuestras ciudades, que dejen de vender slogans y empiecen a dar resultados.
rmr