El compromiso con el planeta debe ser permanente y constante, nuestra casa requiere de un compromiso compartido. Gobiernos y gobernados tienen una obligación legal y ética; por un lado, la legislación nacional e internacional dispone de acciones específicas para afrontar y detener la degradación ambiental y los efectos del cambio climático; y por el otro, hábitos diarios enfocado en la prevención del daño ambiental, pero también en la previsión. Porque de algo estamos conscientes, el daño ambiental es inmediato y funesto y la recuperación es lenta y poco efectiva si no se le da seguimiento.
La Ley de Desarrollo Forestal Sustentable del Estado de Michoacán de Ocampo marca objetivos claros, dentro de los que destacan el regular y fomentar la conservación, protección, restauración, producción, ordenación, el cultivo, manejo y aprovechamiento de los ecosistemas forestales; así mismo, contribuir al desarrollo social económico y ambiental, mediante el manejo integral sustentable de los ecosistemas en cada una de las cuencas hidrológicas forestales.
En ese sentido es de reconocer y aplaudible la recuperación de manantiales en el entorno del lago de Pátzcuaro fomentadas por el gobernador del estado Alfredo Ramírez Bedolla, sobre todo por la incorporación atinada de la población de Urandén; porque ellos conocen el entorno y seguramente tienen presente sus métodos tradicionales para el cuidado y restauración, dedicados principalmente a la pesca, pero que debido a las malas condiciones del lago han tenido que buscar otras alternativas.
El gobierno del Estado ha diseñado y aplicado recursos en esquema de empleo temporal para el rescate de los manantiales y con ello tratar de recuperar el lago. Ahora bien, esto es temporal y como tal implica la toma de decisiones para cuando termine. De los noticieros he escuchado a los pobladores de llamar al ecoturismo de contemplación de los manantiales de color turquesa y que bueno que así sea, de forma responsable. Sin duda, debe elaborarse un plan bien estructurado entre los involucrados para obtener buenos resultados.
Además, debe manejarse muy efectiva la información respecto a los manantiales, estos tienen su fuente en los mantos friáticos que se deben abastecer de forma natural y es necesarios la reforestación de toda la cuenca, evitar lo más posible la deforestación y el cambio de uso de suelo, porque permitiendo libremente el ciclo del agua o ciclo hidrológico se desarrolla este proceso de circulación conocido como flujo del agua, trasladándose de forma natural de un lugar otro. El agua no “nace, no se forma en el subsuelo” solo circula en lugar otro, de un estado a otro.
Bien por nuestro gobernador en este rubro ambiental de cuidado de los lagos y en la campaña de prevención y reforestación. Las acciones medioambientales, así como la elaboración de ampliación de leyes de esta índole, son de la mayor complejidad por las aristas y sectores de la sociedad a quien se dirigen y con las que frecuentemente se enfrenta. Se deben tomar en cuenta los factores sociales, culturales y a los de mayor peso, como son los económicos y a los grupos facciosos. Sin embargo, la lucha por el ambiente debe ser, como lo hemos sostenido con anterioridad, constante y socialmente responsables, todos debemos cuidar los ecosistemas, como parte y no como dueños de ellos.
Respecto a la reforestación los expertos han dicho bien cuando y que tipo de árboles se deben incluir, respetando en todo momento las plantas endémicas y no exóticas para favorecer la vocación forestal. En los espacios menos afectados por la actividad humana los árboles plantados podrán evolucionar naturalmente; sin embargo, en los espacios más degradados los árboles plantados deben tener cierto número de cuidados, como ejemplo que no estén expuesto al ganado, en tiempo de secas se deben hidratar o regar. No se trata únicamente de ir y plantarlos en cualquier lugar. Deberíamos regresar por los menos una vez año a verificar si nuestro árbol plantado tiene vida.
Debemos ser responsables e involucrar de forma voluntaria a los dueños de los predios para el cuidado de los árboles. En el disfrute del derecho humano al medio ambiente la obligación y responsabilidad compartida es permanente, de lo contrario ninguna acción de un gobierno, como la que ahora realiza el gobierno del estado, será suficiente para mitigar los efectos del deterioro ambiental.
rmr