Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El bello corredor peatonal del centro de Morelia conocido como "La Cerrada de San Agustín" en los años 30 lució diferente.
Convertido en atracción cultural para turistas debido a las representaciones que se dan por artistas locales, músicos o la exposición de pinturas, pero además frecuentado por los amantes de los tan conocidos gazpachos, churros con chocolate o un rico vasolote que se ofrecen en los negocios que encierran el lugar.
Hace años atrás, "La Cerrada de San Agustín" lució diferente, aunque los negocios (algunos) de diferentes rubros ya existían en este lugar, la parte central de la cerrada estaba dividida por un camellón con jardín y palmas que le daban frescura y color, Al igual que ahora, era común ver transitar a pie a la gente; además fue una calle que muchos utilizaban para llegar al Templo y Convento de San Agustín, edificados en 1550 y que cuentan con reliquias y venera a la Virgen del Socorro, además es representativo del siglo XIX.
En conjunto "La Cerrada de San Agustín", el templo, el convento y la plaza del mismo nombre (San Agustín) fueron parte fundamental del Centro Histórico de Morelia, ya que a la llegada de Fray Juan de San Román y Fray Diego de Chávez y Alvarado, la orden jugó un papel importante para el desarrollo y crecimiento de Morelia.
Pero años después, cuando los liberales tomaron el poder, la orden fue expulsada y el templo y convento dejaron de ser un conjunto, sólo el templo de San Agustín fue entregado al clero.
Cabe señalar que la plaza de San Agustín fue edificada sobre un cementerio de la orden, plaza en la que ahora es común que comerciantes vendan antojitos mexicanos en los portales, que cuyo nombre real es Plaza Ignacio Comonfort.
La Cerrada de San Agustín no siempre fue peatonal, antes pasaban las carretas y por eso estaba dividida por el camellón, no había losetas, la calle era de terracería.
Luego llegaron los automóviles; tiempo después a la llegada de Carlos Torres Manzo, exgobernador de Michoacán, la cerrada tuvo modificaciones que la convirtieron en una calle peatonal, lo cual aumentó el desarrollo de negocios en el lugar y también el ambulantaje, al punto de que la calle estaba llena de puestos y era común que los morelianos acudieran a comprar algún producto, los fines de semana "La Cerrada de San Agustín" era aglomerada por el ambulantaje y peatones.
Actualmente, es una de las calles más bonitas de Morelia, donde familias enteras disfrutan transitar por el lugar y no faltan los mimos, el músico que toca Jazz o los "chavos" que bailan al unísono de los bongos.
Por: Redacción/E