Vigencia de “El Capital”

Omar Carreón Abud, dirigente del Movimiento Antorchista en Michoacán (Foto Twitter @OmarCarreonAbud)
Omar Carreón Abud, dirigente del Movimiento Antorchista en Michoacán (Foto Twitter @OmarCarreonAbud)

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- "¡Hurra! -le escribió Engels a su amigo Carlos Marx el 4 de abril de 1867- No he podido reprimir esta exclamación, al ver estampado en el papel que el tomo I está terminado y que te propones llevarlo personalmente a Hamburgo". Amigo, casi fanático del perfeccionamiento constante, Carlos Marx, había dado fin a la obra de su vida, a "El Capital", a la Crítica de la Economía Política que a partir de su publicación cambiaría el rumbo de la historia.

En "El Capital" se vio compendiado el movimiento del modo de producción capitalista, sus leyes de desarrollo y las causas que le darían fin. Puesto que ese modo de producción le había dado vida a poderosos personajes que se habían adueñado del Estado y de los principales órganos del poder, al principio decidieron silenciarlo, tratarlo como una obra más de algún intelectual del cual no valía la pena ocuparse, pero, conforme pudo irse conociendo y cobrando influencia, decidieron combatirlo como pura charlatanería y, en tiempos más recientes, como una teoría completamente pasada de moda. El capital moderno ya no se rige, han dicho, por las viejas leyes descubiertas por Marx, ahora es otra cosa y ese libro bien puede confinarse a las librerías de viejo y coleccionarse entre las curiosidades inútiles.

Hace unos días en una buena página electrónica, la llamada World Socialist Web, me encontré con una nota interesante que bien puede relacionarse con algunas de las afirmaciones de Marx en El Capital y utilizarse para demostrar que los hechos más nuevos, más recientes e impactantes de la actualidad, no son otra cosa que la moderna edición de los acontecimientos tomados en cuenta y reseñados por Marx para fundamentar sus leyes de desarrollo del capitalismo. ¿Qué dice la World Socialist Web?

Dice que las grandes armadoras de automóviles en el mundo están llevando a cabo grandes despidos de personal en varias de sus fábricas alrededor del mundo. Apenas hace unos días, el martes 26 de noviembre la empresa alemana Audi anunció el recorte de 9 mil 500 puestos de trabajo durante los próximos 5 años, recorte que afectaría a uno de cada seis de sus trabajadores. Añadió la página que este recorte de personal es sólo una parte de los inmensos que tienen lugar en el mundo; desde el inicio de este año se han perdido algo así como 350 mil puestos de trabajo en la India y 220 mil en China. La Volkswagen, por su parte, aunque tiene un incremento de productividad del 25 por ciento, ha eliminado 30 mil empleos en los últimos tres años.

Actualmente, la empresa Ford, está eliminando 12 mil empleos en Europa y 7 mil en Norteamérica, Nissan se deshace de 12 mil 500 trabajadores en todo el mundo, General Motors cierra cuatro plantas en Estados Unidos y Canadá y da por terminada su relación laboral con 8 mil trabajadores y, las empresas Daimler, BMW y otras, tienen planes similares. Ahora bien, en las empresas que fabrican autopartes, la situación es todavía peor: la empresa Continental ha anunciado la eliminación de 20 mil empleos en los próximos diez años, Bosch ya ha eliminado 2 mil 500 en Alemania y tiene planeado el recorte de otros 3 mil para el año 2022 y otros gigantes de las autopartes como Schaeffler y Mahle están deshaciéndose de miles de trabajadores. ¿Qué pasa?

Pasa, como en los tiempos Marx, que las empresas capitalistas no tienen como propósito hacer automóviles y resolver problemas de transporte, tienen como propósito hacer dinero, invierten dinero para hacer más dinero y la producción sólo es para ellos el proceso indispensable, el mal necesario, mediante el cual arrancan a los trabajadores tiempo de trabajo no pagado. Se paga completo por todas las mercancías que intervienen en el proceso de producción, salvo una: la fuerza de trabajo; se paga por ella su valor, no lo que produce. En consecuencia, cuando la producción global y la fuerza de trabajo necesaria para ella, por alguna razón, ya no produce ese dinero incrementado que la empresa espera, se reduce la contratación de trabajadores.

Una causa de esta reducción puede ser la baja en las ventas, la ganancia incorporada a las mercancías producidas, los automóviles en este caso, tiene dificultades para hacerse realidad. En efecto, la contracción de la demanda de automóviles a nivel mundial puede ser una de las causas de la contracción de la producción y, consecuentemente, de los despidos.

¿Ya hizo usted conciencia de que las calles y carreteras de México cada vez están más saturadas? Ya estaban saturadas, se dirá válidamente; no obstante, en los últimos tiempos, los congestionamientos son mucho más frecuentes, mucho más generalizados y más prolongados hasta llegar a durar varias horas. Los autos y camiones ya no caben. La modalidad del camión de carga y el automóvil particular, están colapsando.

Pero además, y no son excluyentes sino complementarias estas causas, la maquinización, la automatización de la industria del automóvil está llegando a extremos asombrosos. Sólo que, como se ve, en el capitalismo, la máquina, ese autómata prodigioso, no sirve para que el trabajador sufra menos y viva mejor, sirve, como se ve, repito, para arrojarlo a la calle y aumentar su penuria y desesperación. "La finalidad constante que se persigue al mejorar la maquinaria es restar terreno al trabajo manual o cerrar un eslabón de la cadena de producción de la fábrica, sustituyendo los aparatos humanos por aparatos de hierro", se lee en El Capital. Pero no se crea que son palabras de Marx, se trata en esta ocasión y muchas otras que no hay espacio para consignar aquí, de citas de los inspectores de fábrica, esos intrépidos empleados que fueron enviados por el parlamento a garantizar que las leyes laborales se cumplieran. Entre los variadísimos estudios de Marx, se contaron sus reportes y su ojo de águila descubrió que se trataba de testimonios invaluables sobre la situación de la clase obrera y, por tanto, del funcionamiento del capitalismo.

Así de que, si en aquellos tiempos la máquina servía para "restar terreno al trabajo manual" con mayor razón y fuerza lo hace ahora. Los centenares de miles de obreros que están siendo arrojados a la calle por la industria automotriz mundial son, por una parte, una forma de atemperar la oferta que está rebasando con mucho a la demanda y, por otra parte, una forma de asegurar la plusvalía creciente tomando como base el incremento constante de la productividad del trabajo. Sucede ahora, como en los tiempos de Marx, sólo que a escala ampliada.

Pergeñaba yo estas líneas en la mañana del martes 3 de diciembre pasado cuando me informaron que desde horas de la madrugada, un numeroso comando de la Guardia Nacional, prácticamente había cerrado el acceso a Tecomatlán, Puebla, con el fin de tomar control de -escuche usted- ¡la Villa estudiantil! en la que descansaban cientos de estudiantes de secundaria, bachillerato y profesional. Un operativo militar contra estudiantes pacíficos, inermes, que descansaban o se alistaban para asistir a sus clases diarias, que no estaban en paro ni protestaban por nada, un absurdo despliegue de fuerza intimidatoria para… ¡para cortar la luz! de la Villa Estudiantil que tenía un adeudo. Cada vez es más difícil de creer lo que sucede en nuestro país, la 4T presume "abrazos y no balazos" con respecto a asesinos crueles y desalmados y envía a la Guardia Nacional a "neutralizar" a muchachitos que no ofrecen ni pueden ofrecer ninguna resistencia. ¿A dónde vamos? ¿Qué nuevas injusticias y abusos habremos todavía de ver? "Hombres, estad alertas", dijo Julius Fucik.

Por: Boletín / PO

Más vistas

No stories found.
logo
Mi Morelia.com
mimorelia.com