Por: Josimar Lara/@Josimar2188
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Campus Morelia y de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo (UMSNH) coincidieron en que es urgente establecer acciones interinstitucionales, entre el gobierno y la academia, para atender la sequía que se vive desde hace tres años en las comunidades de la zona del Bajo Balsas.
En rueda de prensa ofrecida en Morelia, Rubén Hernández Morales, profesor-investigador de la Facultad de Biología de la UMSNH, expuso que la zona del Bajo Balsas tiene un clima semiárido-cálido, y debería tener una precipitación de 650 milímetros de agua; sin embargo, los registros que se tienen desde 2014, son que en algunas localidades de la región las lluvias apenas han sido de 10, 20 y 90 milímetros.
Señaló que La Huacana y Churumuco, en donde han realizado los monitoreos, presentan desabasto de agua en sus diferentes localidades, lo que provoca un problema de seguridad hídrica, vulnera las fuentes de agua potable y no permite desarrollar las actividades diarias de los habitantes, "al grado que no tienen agua ni para el aseo personal".
El miembro del Laboratorio de Biología Acuática de la Universidad Michoacana subrayó que en el municipio de Churumuco, las localidades más golpeadas por la sequía son Timbiriche y Cumuato, en donde se ha registrado hasta 100 por ciento de desabasto de líquido.
"La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por vivienda se deben de recibir 100 litros de agua por persona al día; sin embargo, en estas comunidades los registros diarios no han llegado ni siquiera a los 50 litros", planteó.
Abundó que esta situación se repite en la comunidad de Poturo, que tiene 80 por ciento de desabasto de agua; mientras que en el municipio de La Huacana hay localidades como Cayaco con 90 por ciento de escasez de líquido, El Ejido de Guadalupe Oropeo con 75 por ciento y Capirito con 50 por ciento.
A su vez, la investigadora del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA), Ana Burgos manifestó que derivado de la falta de agua podría haber otros problemas, los cuales los propios habitantes proyectan con la sequía que se vive desde hace tres años en la región y que podría seguir si no se tiene un buen temporal de lluvias.
"Los pobladores enumeraron el deterioro económico insostenible, aumento de emigración, mayor depresión, enfermedades y fallecimientos; desarticulación familiar, precariedad hídrica y alimentaria extrema, pérdida completa del patrimonio campesino, aumento de la cacería ilegal, extracción de recursos bióticos, aparición de nuevas plagas sin control sanitario, ausencia gubernamental; agudización de conflictos locales e incremento de la delincuencia organizada", pormenorizó la especialista.
Ante este panorama, enfatizó que es necesario actuar con acciones inmediatas por los sectores gubernamentales, académicos y sociales, pues se tiene un escenario incierto por las condiciones climatológicas.
"Si es un año bueno en lluvias podríamos iniciar la recuperación de las comunidades con una política inteligente: Si la temporada es nuevamente mala, se requiere una estrategia de mitigación y control en la región, porque hay que entender que está el sistema en una situación límite, más allá de lo que no sabemos qué puede ocurrir", apuntó.