

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Cada 1 de diciembre, el mundo hace una pausa para mirar de frente a una de las epidemias más significativas del último siglo: el VIH/SIDA. Lo que comenzó como una crisis sanitaria mundial en los años 80, hoy es también una crisis de estigmas, prejuicios y desinformación que persiste, incluso cuando los avances médicos han transformado el pronóstico para quienes viven con el virus.
Desde 1988, la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora este día como un recordatorio global de que la lucha contra el SIDA no ha terminado. De acuerdo con ONUSIDA, en 2024, 40.8 millones de personas viven con VIH en el mundo, y 1.3 millones adquirieron la infección solo este año. Pero la cifra más escalofriante sigue siendo la de las pérdidas: 44.1 millones de muertes desde el inicio de la pandemia.
En México, los datos públicos son escasos y desactualizados. Según el INEGI, la tasa de mortalidad por VIH/SIDA en 2021 fue de 3.7 personas por cada 100 mil habitantes, siendo Veracruz, Ciudad de México, Jalisco y Estado de México los estados con más defunciones. El último informe de la Secretaría de Salud señala 341 mil 313 diagnósticos desde 1983 hasta mediados de 2022, con 121 mil personas en tratamiento antirretroviral activo.
El VIH —virus de inmunodeficiencia humana— ataca al sistema inmune, debilitándolo progresivamente. Sin embargo, no todas las personas con VIH desarrollan SIDA, la etapa avanzada del virus que implica un deterioro severo del sistema inmunológico. Sin tratamiento, los síntomas pueden aparecer entre ocho y diez años después de la infección.
El gran avance es el tratamiento antirretroviral: bloquea la reproducción del virus y puede reducir la carga viral hasta hacerla indetectable, lo cual significa que la persona no puede transmitir el virus. Así, vivir con VIH ya no es sinónimo de muerte ni de aislamiento.
“Se transmite por besos”: falso. No hay evidencia de contagio a través de la saliva.
“Tener sexo con una persona con VIH implica contagio seguro”: falso. Con tratamiento efectivo y carga viral indetectable, no hay transmisión.
“Dos personas con VIH no necesitan protección”: erróneo. Pueden infectarse con diferentes cepas.
“Se transmite por picadura de mosquito”: mito común, científicamente refutado.
Vivir con VIH no anula ningún derecho. Ni un empleador ni una institución pueden exigirte una prueba como condición para contratarte o brindarte servicios. La confidencialidad está protegida por ley, y es decisión de cada persona a quién revelar su estatus serológico.
Practicar sexo seguro, hacerse pruebas periódicas y hablar abiertamente del tema sin prejuicios son las mejores formas de frenar esta epidemia que ya no debería causar miedo, sino conciencia.
RPO