
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Tomar agua debería ser un acto cotidiano y natural, pero en la práctica, muchas personas pasan el día entre café, refrescos o jugos, olvidando que la verdadera fuente de hidratación es el agua. Cuando la sed aparece, el cuerpo ya manifiesta señales de deshidratación leve: cansancio, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse o incluso resequedad en la piel.
El agua no solo calma la sed: participa en la regulación de la temperatura, facilita la circulación sanguínea, transporta nutrientes y ayuda a mantener en equilibrio órganos esenciales como los riñones. Por eso, beber suficiente agua no es un simple consejo, sino un hábito básico de salud.
La Secretaría de Salud recomienda consumir en promedio dos litros de agua natural al día, además de frutas y verduras que también aportan líquidos. Esta medida no solo mejora la hidratación, también ayuda a reducir la ingesta calórica cuando se sustituyen bebidas azucaradas.
El beneficio aplica a todos los grupos de edad, desde niños hasta personas mayores, así como en mujeres embarazadas y en etapa de lactancia. No cumplir con la ingesta adecuada puede traducirse en fatiga, problemas digestivos y menor rendimiento físico y mental.
Aunque muchos saben que deben beber más agua, lo difícil suele ser crear la rutina.
La elección depende del estilo de vida de cada persona, pero todas buscan lo mismo: convertir la hidratación en un hábito automático y mantener al cuerpo en equilibrio.
RPO