Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- "No se puede ser indiferente ante tanta injusticia", enmarca Carolina Rangel Gracida, para ella, esta frase no marca únicamente una trayectoria política, sino un motivo de lucha y un camino de vida.
Fundadora de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), funcionaria a nivel nacional y local, mujer de convicciones de izquierda y luchadora por los derechos humanos. Carolina Rangel es actualmente candidata por la diputación federal del Distrito X, Morelia, reto que, reconoce, no es sencillo, pero no imposible; se encuentra confiada en su recorrido dentro de un partido-movimiento y con resultados políticos en la administración pública.
Carolina Rangel es la menor de tres hermanas, hija de madre soltera, nacida en Morelia con historia en Monterrey, Nuevo León, y Cancún, Quintana Roo, estados que fueron su hogar en busca de mejores oportunidades por parte de su madre, María Teresa Gracida Juárez.
A Rangel Gracida la forjó la determinación de su mamá por combatir la violencia de género y sacar adelante, ella sola, a sus tres niñas. Esto fue marcando en Carolina el significado de lo que representa "luchar".
Su pasión por la política comenzó apenas a los 15 años de edad, y también a través de su madre; en el parque de Las Palmas en Cancún fue el primer mitin político al que asistió, en donde escuchó a Andrés Manuel López Obrador. La candidata se describe como "rebelde" desde la adolescencia, en contra del sistema y que encontró en el actual presidente de la República el referente que finalmente le hizo iniciar y mantenerse en la política, siguiendo las raíces de izquierda: combatir la marginación y las injusticias.
Rangel salió de Quintana Roo y regresó a Morelia, en donde estudió Economía en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), institución en la cual terminaría formándose en el área de Políticas de Desarrollo, conocimientos aplicados para el resto de su formación política.
En el 2009 en Morelia, Carolina coincidió con un grupo en la plaza Benito Juárez, jóvenes que entregaban el periódico de izquierda Regeneración, fue cuando se integró al "Morenaje", movimiento base de lo que hoy conocemos como el partido Morena, y a través del cual empieza en la estructura de "defensa del voto", acciones que estaría replicando en dos elecciones federales por la presidencia y una intermedia, en los estados de Michoacán, Veracruz y Estado de México.
En Morenaje, Carolina Rangel participó en la defensa del voto para las elecciones del 2012, además de formar parte de la coordinación del movimiento nacional "Yo soy 132". En ese mismo año, este grupo de jóvenes propició la discusión sobre si Morena se convertiría en un partido político o se mantendría como un movimiento social y asociación.
Tras una cerrada votación, López Obrador definió que sería un "partido-movimiento"; partido porque significaría ser parte de instituciones formales, pero movimiento porque sus integrantes seguirían trabajando por las necesidades y exigencias de la sociedad.
Tras esta conformación oficial, Rangel atravesó adversidades de discriminación desde dos aristas: ser mujer y ser joven.
Lejos de las mesas de toma de decisiones, Carolina se fue abriendo camino con base en su trabajo, camino que afirma, propició López Obrador.
El machismo también alcanzó a la morenista dentro de su propio partido, al grado de ocultar sus relaciones afectivas para evitar señalamientos y cuestionamientos, aferrándose a demostrar sus capacidades, trabajo y convicciones, y no su vida personal.
"La izquierda es feminista y el feminismo es de izquierda, pero dentro de la izquierda es un ideal, y es complejo ver que dentro de la izquierda también existe el machismo y hay violencia. A pesar de que quieres luchar, nos convertimos las mujeres jóvenes en la resistencia dentro de la resistencia: en el mismo movimiento de resistencia también hay que resistir".
Rangel Gracida reconoce un trecho por delante para que en la política la violencia de género termine; lamenta que aún se señale la vida personal de las mujeres, pero confía en que, con la participación activa de las mujeres, sean sus convicciones, lucha y trabajo los elementos que marquen los avances de las mujeres en la política y no sus "credenciales personales, familiares y amorosas".
Carolina Rangel fue la primera secretaria de jóvenes dentro de Morena, como parte del primer Comité Estatal en Michoacán, resultado de una votación a favor que superó incluso al presidente del partido en el 2012; fue también consejera distrital hasta el 2015, año en el cual también coordinó los trabajos en el Distrito X en defensa del voto en la primera elección de Morena a la gubernatura con la actual diputada local, María de la Luz Núñez Ramos.
En el 2016 realiza actividades similares, pero en Veracruz, y al año siguiente en el Estado de México, para finalmente ser coordinadora en Michoacán de la defensa del voto en la elección de Andrés Manuel López Obrador. Durante ese periodo electoral, Rangel Gracida rechazó una candidatura, bajo la convicción de que era el proyecto de AMLO a nivel nacional, el principal objetivo.
"Yo no estoy por un proyecto propio, mi sueño era ver a Andrés Manuel presidente; ya había escuchado en el 2006 que le habían robado, en el 2012 también. Logramos el 100% del registro ante el INE con la defensa del voto [...] Cerramos mes y medio después del día de la elección con la garantía, con números, con votos de que había ganado Andrés Manuel, no nos podían pelear absolutamente nada"
Carolina Rangel, candidata por la diputación federal del Distrito X
Con estos resultados, la morenista recibió al mismo tiempo dos propuestas en el gobierno federal: ayudantía del presidente y coordinar los programas sociales a nivel federal; ejerció ambos.
En la Secretaría del Bienestar atendió el censo en Morelia para las pensiones a adultos mayores y para la federalización de la nómina magisterial; en ayudantía del mandatario estuvo durante el año de pandemia de covid, periodo que considera fue el más complicado del presidente AMLO.
A través de su posición en la Secretaría de Economía, apoyó al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en la coordinación de reuniones con dependencias federales a fin de elaborar una agenda para Michoacán.
Luego de una reunión con el exsecretario del Bienestar, Javier May Rodríguez, y luego de conciliar apoyos a personas con discapacidad e incluir a Morelia en el programa Sembrando Vida, Ramírez Bedolla le pidió directamente ser su secretaria del Bienestar en el gabinete legal michoacano.
Es así como regresa a la entidad al Gobierno de Michoacán, dejando como legado programas insignia como Barrio Bienestar, el apoyo a familias cuidadoras de niñas y niños con cáncer, precedente del apoyo a mujeres con cáncer de mama y cervicouterino.
En Bienestar reconoce haber enfrentado una de sus tareas más difíciles: la pacificación de Aguililla, a través de programas sociales en medio de un municipio inmerso en una situación de violencia, inseguridad y grupos criminales.
A finales del 2022 es designada en la titularidad de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), encargo que asumió desde el primer día con una bandera feminista de por medio, y reflejada en buenos resultados a lo largo de poco más de un año.
En Seimujer, Rangel Gracida dejó instaurado el programa de apoyo a infancias en situación de orfandad por feminicidio, atención con recursos a la Alerta de Género y la reducción del 60% de asesinatos de mujeres por violencia de género, pasando de 44 a 16 casos en el último año.
Carolina Rangel defiende de las críticas opositoras a los programas sociales, considerando a estos como una “justicia social”, apoyos que brindan a los más vulnerados, una forma de acceder a una vida con bienestar.
"Justicia social es convertir los programas en derechos sociales, no es una dádiva, es un derecho que tiene la gente; cuando hablamos de que 'por el bien de todos y todas, primero los pobres' no es una frase es política pública. Los programas se hicieron escuchando a la gente; un programa no es un dato, es una persona con una historia, una persona que está teniendo una mejor calidad de vida", compartió.
La candidata ve en la justicia social un valor indispensable para hacer política, y que, a su decir, debe ser un oficio para servir, "no para servirse", formación que mantiene como una manera de vivir, un objetivo de lucha, una convicción personal y la base para generar acciones desde su próximo objetivo: la diputación federal por el Distrito X.
rmr
