

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La vacunación contra el sarampión ha logrado evitar cerca de 59 millones de muertes entre los años 2000 y 2024, gracias a una reducción del 88% en la mortalidad global por esta enfermedad.
Así lo reveló un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte también sobre el resurgimiento preocupante de brotes en diferentes regiones del mundo.
Tan solo en 2024, el sarampión cobró la vida de aproximadamente 95 mil personas, en su mayoría niños menores de cinco años. A pesar de ser una enfermedad prevenible mediante una vacuna eficaz, económica y de fácil acceso, el número de contagios sigue en aumento. Se estima que hubo más de 11 millones de casos en todo el mundo, casi 800 mil más que antes de la pandemia de COVID-19.
El repunte ha sido especialmente marcado en regiones como el Mediterráneo Oriental, Europa y Asia Sudoriental, mientras que África logró avances relevantes al reducir tanto los contagios como los fallecimientos. Sin embargo, la preocupación se extiende también a América, que recientemente perdió su estatus de región libre de transmisión endémica de sarampión, luego de que el virus circulara por más de un año en Canadá.
Uno de los factores clave detrás del resurgimiento es la baja cobertura vacunal. En 2024, el 84% de los niños recibió la primera dosis de la vacuna, pero apenas el 76% accedió a la segunda, necesaria para una protección completa. La OMS advierte que para cortar la transmisión se requiere al menos un 95% de cobertura con ambas dosis. Actualmente, más de 30 millones de menores permanecen vulnerables, principalmente en zonas afectadas por pobreza, conflictos o servicios de salud debilitados.
La agencia internacional también señaló que, durante 2024, un total de 59 países reportaron brotes graves, la cifra más alta desde la pandemia, lo que pone bajo presión a los sistemas de vigilancia sanitaria. Aunque algunos avances hacia la eliminación del sarampión se han logrado —incluidos nuevos países y territorios que confirmaron la erradicación—, el organismo alertó que el progreso podría estancarse si no se fortalecen los programas de inmunización.
El llamado de la OMS es claro: para evitar que esta enfermedad resurja con fuerza, es necesario mantener un compromiso político firme, asegurar financiamiento sostenido y llevar a cabo campañas de vacunación eficaces que lleguen a todos los niños, sin excepción.
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