
Ciudad del Vaticano (MiMorelia.com).- Aunque sigue convaleciente por una grave infección respiratoria, el Papa Francisco envió un poderoso mensaje de esperanza durante la Vigilia del Sábado Santo en la basílica de San Pedro, una de las ceremonias más simbólicas del calendario litúrgico católico.
Su homilía fue leída por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, ante la ausencia del pontífice, quien estuvo hospitalizado 38 días y recibió el alta el pasado 23 de marzo. Antes de la celebración, Francisco acudió brevemente a la basílica para rezar ante la tumba de San Pedro y saludar a los fieles.
“Mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros”, escribió el Papa, “seamos mensajeros de esperanza. Reproduzcamos la Pascua en nuestra vida y convirtámonos en constructores de esperanza”. También exhortó a actuar con compasión en los pequeños gestos cotidianos y con decisiones inspiradas en el Evangelio.
El mensaje tocó temas sensibles como la soledad, el sufrimiento, la guerra, la violencia contra mujeres y niños, y el dolor de los más pobres. “La luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas”, subrayó.
La ceremonia, que reunió a seis mil fieles, comenzó con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual en el atrio de la basílica, seguido por una procesión en silencio y a oscuras. Sólo al escuchar “Lumen Christi” (“La luz de Cristo”) tres veces, se encendieron las luces del templo para dar inicio a la misa.
Como dicta la tradición de los catecúmenos, se celebró también la bendición del agua y el bautismo de tres adultos, mientras el cardenal Re presidió la liturgia.
Aunque su salud es frágil, el Papa Francisco desea participar este domingo en la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica. La misa será celebrada por el cardenal Angelo Comastri, mientras que un colaborador podría leer el mensaje pascual del pontífice.
Francisco ha estado ausente de todos los ritos de la Semana Santa vaticana, salvo por una breve visita el Jueves Santo a la cárcel romana de Regina Coeli, donde saludó a los reclusos como lo ha hecho cada año desde el inicio de su pontificado.
mrh