Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Otilia, tiene 95 años y medio, dice que es de “buena madera, ya apolillada, pero todavía camino”, compartió a esta casa editorial, que ya cumplió tres años en el asilo de ancianos “Miguel Hidalgo”, sólo tuvo una hija pero “ya está en el cielo, murió a los 64 años de cáncer de páncreas y un año antes murió mi esposo, así que se me juntaron, tengo un nieto que me visita y mis exvecinos que me querían mucho, muchos hasta lloraron cuando me vine”.
Antes probó vivir con amistades, pero no fue una experiencia agradable, “los primeros días te ven muy bien, luego no te lo dicen, pero tú lo sientes”, se refiere al rechazo.
Guardó el periódico en donde decía una señora que, en este sitio, los trataban muy bien, “en ningún lugar puedo estar mejor que aquí, porque aquí todos somos iguales”, ella acordó con su nieto quedarse a vivir aquí, aunque tiene su casa.
Explicó que actualmente tiene artritis de “la más dolorosa” pero le dan medicamento, ella, en la mañana hace ejercicio grupal y luego individual y recibe terapia.
Para comer le dieron espagueti, calabacita rellena con queso fundido y jamón, de colación nos dieron manzana con yogurt, también, acude a un servicio religioso una vez por semana “¿qué más puedo pedir más que estar en paz?, en las noches rezo y pido por los enfermos”.
A su vez, Ali, de 74 años de edad, comentó que no ve bien, requiere una operación de cataratas, “yo vivía con mi hija, pero ella se veía muy presionada, tiene tres hijos; duré cuatro meses con una ’amiga’ que luego me volteó la cara, no obstante que compraba mis alimentos, preferí pedir informes y me vine para acá”. Espera una operación pronto para volver a su vida activa. A veces ayuda en la limpieza de la cocina sólo por voluntad, “nadie me obliga”, comentó.
Consuelo tiene 78 años, llegó en compañía de su esposo hace 16 años, pero él ya murió, ella se quedó aquí, ahora se recupera de una operación de cadera por una fractura, “todo el personal que trabaja aquí es muy humano y profesional y aparte nos escuchan, son amigas y amigos, nos llevamos bien”.
Ella no tuvo hijos, “seguido me enfermaba por eso decidimos venirnos aquí, hay médicos y enfermeras; un hermano se hizo responsable de mí”.
Paola Morales, directora del Asilo, informó que éste tiene una capacidad para atender a 40 personas, actualmente el área de mujeres está completo, solamente quedan 5 espacios para hombres. Se les recibe a partir de los 60’ años siempre y cuando tengan salud mental.
El costo para cada persona, asciende entre mil y tres mil pesos mensuales, “todo depende del estudio socioeconómico”. Tienen nutrición, psicología, rehabilitación y atención médica. Les imparten clases de pintura, canto, guitarra y piano, así como manualidades.
El equipo interdisciplinario está conformado por 40 personas en distintos horarios los que dan atención a los huéspedes. Se les dan 3 comidas y dos colaciones.
El centro es subsidiado por el Ayuntamiento, lo que se vende en el bazar es para el mantenimiento de la casa y las visitas y paseos que realizan.
mrh
