

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En el majestuoso escenario del Teatro Ocampo, el público del Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez vivió una velada extraordinaria con la presentación del reconocido violoncellista Santiago Cañón-Valencia, quien deslumbró con su dominio técnico, sensibilidad artística y poderosa conexión emocional con cada obra interpretada.
El recital inició con una de las cumbres del repertorio barroco: las Suites para violoncello solo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), piezas que marcaron la historia del instrumento y que, bajo el arco de Cañón, adquirieron nueva vida. La precisión, el fraseo elegante y la profunda expresividad del intérprete guiaron al público a través de un viaje musical que evocó la espiritualidad y perfección estructural del genio alemán.
Posteriormente, el programa exploró la Partita BWV 1004, originalmente escrita para violín solo, donde la célebre Ciaccona brilló por su riqueza polifónica y su profundidad emocional. En esta interpretación, el violoncellista mostró su capacidad de transformar la técnica en un lenguaje poético.
El recorrido continuó con La ruta de la mariposa del compositor colombiano Damián Ponce de León (1980), obra que combina color, ritmo y lirismo con una gran carga simbólica. Cañón-Valencia, quien estrenó esta pieza en 2020, volvió a darle vida con un sonido vibrante y envolvente, lleno de matices.
El público también disfrutó de Omaramor (1984) de Osvaldo Golijov (1960), una obra inspirada en el tango Mi Buenos Aires querido de Gardel. En ella, Cañón-Valencia hizo florecer la nostalgia y la melancolía porteña, mostrando la riqueza emocional que caracteriza su interpretación.
Para cerrar con broche de oro, el artista presentó su propia composición Ascenso hacia lo profundo, incluida en su álbum Ascenso. Esta obra, de gran carga introspectiva, combina elementos acústicos y plásticos en un lenguaje que refleja la visión personal del músico: un diálogo entre la profundidad emocional y la expansión artística.
El público, conmovido, reconoció en Cañón-Valencia no solo a un virtuoso del violoncello, sino a un creador completo que transforma cada nota en una experiencia visual y espiritual.
Gracias al valioso apoyo de Banco Azteca, G500, Harinera Monarca y CPKC de México, esta presentación se convirtió en una de las más memorables de la 37ª edición del Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez.
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BCT