

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La profunda tristeza por el asesinato del líder limonero y productor citrícola Bernardo Bravo Manríquez se convirtió este viernes en una firme exigencia de paz social, manifestada en una emotiva caminata sobre la Avenida Madero en Morelia, encabezada por Amelí Navarro Lepe.
Amigos, familiares, vecinos de Tierra Caliente y compañeros del campo se congregaron para honrar el legado de Bravo, quien fue víctima de la violencia tras denunciar de forma sistemática la extorsión del crimen organizado que afecta a los productores de limón en la región de Apatzingán.
Bravo, presidente de la Asociación de Productores de Limón del Valle de Apatzingán, se había convertido en un símbolo de resistencia frente a las estructuras criminales que imponen cuotas y controlan el comercio agrícola en Michoacán. Su labor incansable por dignificar la vida en el campo y exigir condiciones justas lo llevó a ser blanco de amenazas, culminando en su trágico asesinato, un hecho que sacudió a la entidad y detonó diversas expresiones sociales.
Amelí Navarro Lepe llegó al punto de concentración conmovida hasta las lágrimas al ver la cantidad de personas que respondieron a su convocatoria. Vestidos de blanco, con pancartas, fotografías de Bernardo, moños negros y mensajes que clamaban “Paz en Michoacán”, los asistentes avanzaron en silencio.
La marcha se desarrolló en medio de un ambiente solemne, apenas interrumpido por murmullos y cámaras que captaban el rostro del líder agrícola en las lonas y carteles.
El silencio fue roto finalmente por Navarro Lepe, quien dirigió un mensaje a los medios y ciudadanos, agradeciendo la solidaridad recibida y reafirmando su compromiso de continuar la lucha que su esposo inició. Subrayó que el motor de esta movilización es el mismo mensaje que Bravo defendía: la búsqueda de una paz social verdadera, cimentada en la justicia y la responsabilidad colectiva.
“El trabajo de Bernardo ha sido el campo, y el campo es vida, y así lo veía él. Trabajó por el campo, pero también por la dignificación de las personas del campo. Trabajó por la responsabilidad humana, por la paz, por la igualdad de derechos, porque a final de cuentas eso es lo que da la paz social. Eso es lo que buscaba: generar condiciones justas para las personas”, expresó con voz firme.
Ante las cámaras, manteniendo su tono firme, la viuda del líder social insistió en que los hechos violentos no deben quedar impunes y que el legado de Bernardo Bravo ya representa un movimiento social legitimado por la sociedad michoacana.
“Hacemos eco de tu voz, Bernardo, y no la dejaremos perder”, sentenció, encapsulando el sentir de los productores y trabajadores del campo presentes.
La manifestación no solo sirvió para rendir homenaje a un líder caído, sino para reafirmar la demanda ciudadana de seguridad, respeto institucional y condiciones laborales dignas. La exigencia de paz social, tal como la definía Bernardo Bravo, se consolida ahora como la verdadera justicia que claman sus allegados en las calles de la capital michoacana.
mrh