

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- En un llamado a la acción social en el contexto de la Navidad 2025, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, hizo un llamamiento a la sociedad michoacana para no resignarse ante las adversidades que marcan la vida cotidiana, especialmente la violencia estructural que aqueja a la región.
A través de sus redes sociales, la máxima autoridad eclesiástica de la Arquidiócesis instó a que el nacimiento de Jesús sea una fuente de esperanza transformadora, incluso en medio de las sombras y las heridas abiertas de la sociedad.
El arzobispo Garfias Merlos centró su homilía navideña en el contraste que vive la sociedad actual, donde coexisten la alegría de la celebración con el miedo, el cansancio y la incertidumbre que generan los problemas sociales y de seguridad. Subrayó que el misterio de la Encarnación, con Dios naciendo en la fragilidad de un niño en un pesebre, es la clave para entender que ninguna realidad humana está perdida si Él está presente. Precisamente en los momentos más difíciles es donde la luz divina se manifiesta con mayor fuerza.
En este sentido, el mensaje se tornó profético al abordar la problemática de la inseguridad y el dolor social. El arzobispo recordó que el anuncio de la Navidad fue dado primero a los pastores, hombres sencillos y marginados, dejando claro que el Reino de Dios comienza desde abajo, dirigido especialmente a los últimos y a las víctimas. Es a ellos, a los enfermos, a los migrantes y a quienes se sienten olvidados, a quienes Dios les dice que no están solos y que su dolor no es invisible.
El llamado central resonó con fuerza al vincular la paz anunciada por los ángeles con la acción concreta. El prelado advirtió que esta paz no puede entenderse como evasión o silencio ante la injusticia. Para ser constructores de paz, es imperativo defender la vida, sanar las relaciones rotas y elegir el perdón sobre el rencor. Fue aquí donde el arzobispo lanzó su advertencia más directa al afirmar:
"Que su ejemplo nos enseñe a cuidar el amor aun en medio de las pruebas. Que esta Navidad sea también un llamado profético: no nos acostumbremos al dolor ni normalicemos la violencia ni cerremos el corazón al sufrimiento del hermano", dijo.
Esta exhortación a no normalizar la violencia se convierte en el eje de su mensaje, invitando a los fieles a encarnar la luz de Jesús en sus comunidades. La Navidad, por lo tanto, se presenta no solo como un evento espiritual, sino como un compromiso social activo para transformar las realidades de precariedad y conflicto que atraviesan muchas familias michoacanas.
Finalmente, el arzobispo dedicó palabras especiales a las familias, corazón de la sociedad, reconociendo las dificultades que enfrentan, como divisiones, pobreza y migración. Recordando la precariedad y el exilio que conoció la Sagrada Familia de Nazaret, el pastor exhortó a no perder la esperanza, pues es precisamente en medio de esas pruebas donde Dios actúa.
rmr